CruSh » 𝚈𝚞𝚈𝚎𝚘𝚗

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Si me hubieran dicho que pasaría aquellas horas sin clase en la biblioteca analizando el suceso desconcertante relacionado con Jeon Soyeon, me habría reído a carcajadas, tal vez hasta tendría dolor de estómago de tanto reir.

Pero estaba genuinamente confundida y para mí era inevitable darle vueltas en mi cabeza, ¿Qué había sido todo eso? ¿Estaba sucediendo algo y me lo perdía? La única persona que podía responder cada una de mis dudas actuales había prácticamente huido de la escena.

Suspirando, salí casi derrotada, aún faltaban veinte minutos para el segundo descanso, por lo que me encaminé a los casilleros para dejar la carta. Dudaba de hacerlo, pero después recordé que "el problema fue YuQi, no Woogie." Y con eso me alentaba a seguir.

Ahora que me concentraba en mi, empecé a notar la presión en mi pecho ¿Podría ser esto llamado un rechazo silencioso? ¿Hice algo que no le gustará? Aunque apenas hice algo, me atrevería a decir nada; pero solo generaba más preguntas sin respuestas y eso no era mejor que la situación actual. Tal vez con algo de suerte obtendría respuestas de la castaña, en su momento...

Sin darme cuenta ya estaba frente a su casillero, el pasillo seguía sumado en silencio como para escuchar el sonido de mi respiración y mis latidos acompasados. Los casilleros podían decorarse a gusto, muchos no lo hacían pero Soyeon pertenece al grupo que sí, teniendo un diseño particular que resaltaba entre sus extremos. Tenía algunos stickers de manga, uno que otro símbolo y hasta pequeñas frases que podía reconocer de cortos fragmentos de canciones; era llamativo y hasta cierto punto bastante lindo. Dejé la carta y me alejé del mismo, caminando hacia mi propio casillero y haciendo el cambio pertinente de materias.

— Al fin te encontré. —la tailandesa se veía cansada, tal parece que había estado yendo de un lado al otro buscándome.— ¿Dónde te habías metido?

— A mi también me alegra verte. ¿Qué tal te fue con la señorita Cho? —murmuré irónica hacia la más alta, sonriendo como tal.— Estuve en la biblioteca hasta ahora, ¿Por qué?

Minnie rodó los ojos con fastidio haciendo que sonría más, por mucho que se sintiera fastidiada por mis actitudes y respuestas, en el fondo me quería mucho y viceversa.

— Sólo cosas del oficio. —murmuró tajante, sorprendiéndome un poco. Al parecer fui muy expresiva porque me miró arrepentida.— Lo siento, es complicado. —sacudió la cabeza.— Debí suponer que estarías ahí, ¿Te encargaste de la carta? —asentí relajada y en silencio, aún rondaban en mi cabeza las preguntas que no dejaba de formular cada tanto.

— Sí, pero... —me quedé en silencio, ordenando mis pensamientos. ¿Debería decirle lo que sucedió?

— ¿Pero?

— Me encontré con Soyeon-Unnie... —mis palabras resonaron en el pasillo, seguía desolado y nuestro andar era relajado. Supuse que iríamos a la cafetería.— Fue muy... Extraño, creo.

— ¿Cómo así? Explicate Bien, Song. —Minnie mantenía un tono neutro, pero denotaba su interés en el asunto.

— Hablábamos normal, bueno, lo que podemos considerar normal. Entonces de un momento a otro se sentía está clase de... Tensión entre nosotras... —intenté gesticular con mis manos.— Estábamos tan cerca de la otra, podía dar un paso y tocar la punta de su nariz con mis labios... Y... —suspiré.— Sentí que ocurrió algo demasiado importante y me estoy perdiendo los detalles. —terminé con ligera frustración.

La mayor me observaba con atención, parecía analizarme hasta llegar a una conclusión inservible porque enseguida negaba, lo cual no hacía más que alterar mis nervios.

— ¿Piensas decir algo?

— Oh, si. —habló en seguida, sus dientes en una sonrisa divertida, casi irónica.— Solo que eres una gran idiota. —su mano izquierda fue a mi hombro, dejando unas cuantas palmadas y empezó a adelantarse.