CruSh » 𝚈𝚞𝚈𝚎𝚘𝚗

18

El recuerdo de la madrugada sigue un poco borroso en mi mente después de estas largas tres semanas.

Pero luego no se sentían tan largas, no cuando Soyeon no dejaba de recordarme la existencia tan maravillosa de lo que son los sentimientos correspondidos y lo bien que eso le hace a mi corazón.

Y a pesar de que no poseía tanto tiempo como antes, de alguna manera terminábamos pasando parte de la tarde juntas, tal vez las excusas de estudio nunca habían sido tan útiles como ahora.

Era viernes, exactamente las 5:30 pm y Soyeon venía hacia mí con unos helados en sus manos, la esperaba en una banca. Fue una decisión de último momento venir al parque, me pareció tan espontáneo que la expresión de la mayor mientras lo proponía ya había enternecido mi corazón.

Acepté el cono que extendió hacia mí, había escogido chocolate y menta mientras que la rubia tenía en su mano él cono de helado de vainilla. Se sentó a mi lado y con una sonrisa le agradecí por el dulce refrescante.

— Muchas gracias, Unnie. Realmente no esperaba que hoy salieras más temprano. —señalé mientras degustaba del sabor del chocolate.

Asintió.— Yo tampoco, pero solo tuvieron que quedarse lo de bajo rendimiento. —explicó con simpleza.— Y lo vi como una gran oportunidad para pasar el rato juntas. —esbozó una sonrisa tímida y un poco de carmín pintó sus mejillas.

— ¡Eres tan dulce, Soyeonie! —exclamé mirándola, ¿Era normal encontrarla más y más tierna conforme avanzan los días?— Te sonrojas muy fácil, Yeonie. —remarqué el apodo con diversión.

La mayor parecía procesarlo todo antes de moverse más segura.— Y tú ahora tienes más confianza, YuQi-Ah. La confianza te sienta bien. —murmura la rubia. 

Nos quedamos en silencio, tal vez segundos o quizás minutos, solo observando el agua salir de la fuente a unos metros de nosotras. Seguía sin acostumbrarme a esto, pero me hacía tan feliz conocer más de ella; sus miedos y aspiraciones que no podía ni imaginar una manera diferente en la que sucedieran las cosas, porque estos momentos se estaban volviendo los más preciados para mí.

Gire mi rostro hacia ella, estaba concentrada en su celular mientras terminaba su helado. Me permití detallarla, su cabello rubio era brilloso y bastante hermoso fuese largo o corto; había estado usando más sudaderas y un estilo más streetwear que antes, supongo que va bastante bien con su apariencia y carisma. Ahora siempre sonreía, pero lo que agitaba mi corazón era aquella sonrisa completa y gomosa la cual me encanta apreciar; su eyesmile complementaba el gesto aún más. 

— ¿Por qué me miras así, YuQi-Ah? —su pregunta me descolocó un poco, ahora me miraba directo a los ojos haciendo que sienta aquellos nervios tan familiares.— ¿Tengo algo en la cara?

— Así ¿Cómo? —volví a enfocarme en mi helado, comenzaba a derretirse un poco.— No tienes nada. 

— Pues así, como a tu helado. —el tono juguetón era notorio.— ¿Acaso soy apetecible?

Aquello me obligó a mirarla, si supiera lo "apetecible" que es, no estaría bromeando con ello. 

— Oh, Yeonie. No tienes ni idea. 

Y cuando los helados estuvieron acabados, caminamos por el parque, molestando un poco a la otra con bromas tontas. 

— Ya sé, vamos a la fuente. —la rubia me arrastró hacia dicho lugar, deteniéndonos frente a la estructura de concreto.— Pidamos un deseo. 

— ¿Un deseo? —reiteré curiosa.

— Sí, un deseo. —sacó una moneda de su bolsillo.— Yo pediré uno y tú igual.