Río de Janeiro, Brasil
Habitaba en una de las ciudades mas bellas, donde la noche era corta y los días eternos y ruidosos. Una ciudad cultural y musical que vibraba al ritmo de todo el país y el mundo. Estaba enamorada de su tierra, de su música y cultura. Por ello quizás habia dedicado su vida a compartir la belleza de su país con el mundo.
Maria no sólo era talentosa, también exitosa. Una mujer inteligente y admirada por la sabiduria que transmitía al hablar con una claridad que se hacía entender y querer por todos.
Habia sido amada por muchos, pero jamás construyó una familia, a pesar de que ese era el ejemplo que sus padres y hermanos habían puesto frente a sus ojos. Su hermana y hermano, los dos mayores que ella, le habian dado sobrinos, tambien era tía de los hijos de sus amigos y eso le habia sido suficiente para satisfacer el (no) deseo de ser madre, pero si el deseo de tener niños a su alrededor, niños ruidosos, ingeniosos, divertidos.
La vida habia sido generosa con ella, y lo agradecía cada día y a cada momento.
Antes de sus shows, sentada frente al espejo de su camerino, se persignaba y decia una oración a su Santa Bárbara, su patrona y protectora, y aunque hubiera gente alrededor de ella, se volvia un momento especial, lleno de magia y energía, en el que parecía que todo se detenía en ese silencio.
Julia, su vestuarista, la miraba completamente maravillada, a pesar de haber visto esa escena miles de veces, Maria era un ser especial, digna de la admiración que todos le profesaban por su arte, pero mucho mas por la clase de persona que era. Ella misma la admiraba desde antes de empezar a trabajar para ella.
La vio ponerse de pie y quitarse sus sandalias, era señal que ya salía a dar su show.
—Exitos, Maria— le dijo, con la sonrisa que la caracterizaba, Julia tenía buena energia siempre y quizas por eso Maria la quería cerca, era muy supersticiosa. Como otras tantas veces, Maria la miró casi irritada, o eso parecía, es que la concentración no la dejaba de ser d eotra manera, como si toda ella ya estaba arriba del escenario esperando a dar el show... salió de ahí para ir a mostrarles a todos que seguía trabajando y esforzándose para ser mejor que nunca, esa era la fuerza que la mantenía con ganas de seguir a sus sesenta y ocho años.
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Apasionada
RomanceUna mujer diferente y divertida llega sorpresivamente para poner patas arriba la vida de Maria, una cantante exitosa que vive por y para su trabajo. Ella no busca el amor, pero el amor la encuentra ella.