Capítulo 8

1.7K 108 40
                                    


Ya estaba acabando la primera semana de clases, era viernes, y Dixie debía de admitir que había sido agotadora. Muchos proyectos y trabajos en grupo, por suerte estaba con sus amigos en la mayoría de ellos.

Tayler, por ser un chico dulce y muy atractivo, había atraído la atención de varias chicas y casi siempre lo buscaban.

Dixie sonreía al ver lo bien que se había adaptado. La única que no parecía feliz era su hermana, Madi. Era una celosa de primera, decía que si su hermano se echaba de novia la iba a olvidar completamente a ella y más nunca tendrían noche de videojuegos, pero Tayler le aseguraba que no iba a ser así.

Lo importante es que esa misma tarde era la tan famosa audición para el equipo de animadoras y casualmente, después de haber escuchado a Gregg hablar sobre el tema, había decidido entrar también. Y ellas cómo buenos amigos debían de estar allí para apoyarla, el pobre de Tayler también había sido arrastrado a la tortura.

Las gradas estaban casi vacías, había algunos chicos riendo, pero estaban en una esquina apartada, ya que todos los chicos populares estaban vistiendo el uniforme deportivo de fútbol americano o el traje de porrista.

Ellas estaban sentadas en la primera fila.

Charlie hablaba con los chicos mientras Dixie intentaba conversar tranquila. Estaba nerviosa, no sabía por qué, ya que por suerte Charlie lograba caerle bien a todo el mundo, así que cualquiera que no fuera parte del grupo de Addison, no le dejaría en ridículo. Intentó calmarse, debía de hacerlo, pero justo cuando empezaba a relajarse las chicas salieron de los vestuarios, emocionadas, mientras agitaban los pompones azules.

El problema no era el uniforme, el cual era una camiseta blanca y azul manga larga que llevaba las insignias del colegio grabadas en dorado o la falda cortísima azul, que ondeaba de un lado al otro.

El problema era quien lo usaba y Dixie casi se quedó sin corazón al ver a Addison. Su cabello castaño brillaba con el sol de un color más claro y estaba sujeto en una cola alta mientras el uniforme se moldeaba en su cuerpo, resaltando las curvas de la cadera de la castaña y la falda «si es que podía considerarse una prenda de vestir» dejaba ver sus piernas perfectas.

Dixie ni se molestó en disimular, observaba fijamente a la castaña mientras ella hablaba con sus amigas en el campo.

Madi las saludó y también lucía muy bien en el traje, pero ni Anthony o Dixie la notaron del todo, ya que estaban concentradas en las dos chicas. Avani vestía igual que Addison y hablaba animadamente, colocando las manos en su cadera.

Charlie seguía sorprendida de que Anthony aún no se hubiese desmayado.

- ¡Chicos! -les llamó la atención y a duras penas sus dos mejores amigos lograron mirarla-. Estamos aquí por Madi, ¿lo recuerdan?

Dixie cabeceó cómo idiota, el aire no les llegaba a los pulmones. En cambio, Anthony desordenó su cabello y comenzó a bufar, fastidiado.

Justo la castaña de ojos miel eligió aquel momento para alzar la mirada.

Examinaba las gradas con desesperación, como si estuviera buscando a alguien, hasta que su mirada se posó en los profundos ojos café de Dixie. Addison intentó actuar indiferente y le sonrió hipócritamente mientras Dixie echaba humo, esa niñita se estaba burlando de ella y estaba dejando que lo lograra. «Idiota, idiota».

- ¡A sus posiciones! -gritó la entrenadora y las animadoras comenzaron a formar un grupo.

Los chicos, en la cancha, se organizaron en filas y comenzaron a jugar al escuchar el silbato. Era un juego amistoso, pero daban la vida por anotar un punto. Era muy interesante, aunque Dixie quisiera seguirle el ritmo al juego, cada tanto se distraía por el baile que hacía Addison junto a las otras chicas. Alzaban los brazos y las piernas, algunas daban vueltas y otras hacían la estrella mientras cantaban: "Vamos equipo, Todos unidos por qué no podemos rendirnos. ÁGUILAS"
Addison se veía realmente hermosa, su piel estaba brillante por el sudor y sonreía muy feliz al público. Dixie no pudo evitar suspirar, observando a la castaña, y Charlie la miró con reproche.

RIVALES //  DIXISONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora