RIVALES // DIXISON

Extra 6

Addison estaba muy alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez. ¿Cómo no? Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a Avani y a Anthony por ganar como reyes del baile.

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más tierna y hermosa que le había dado Dixie D'Amelio, su Dixie. Bailaron juntas muchas veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, Addison amaba los suaves labios de la ojimarrón. (¿Quién no?)

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que Dixie la despidiera tímidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para rectificar. Una nunca sabe. Al día siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. Addison tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo todo el día de muy mal humor. Andrea alzaba una ceja, riéndose un poco. Addison evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse de lo sucedido con Dixie, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría.

(Hasta estaría en el periódico)

Y lo menos que necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente, Sheri seguro estaría montando una fiesta de celebración (Con tortas cubanas *guiño*) pero a Monty no la agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca, cuando se sintiera preparada, o cuando Dixie se dignará tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, Dixie no podía dejar sola a sus padres, ya que querían almorzar juntos. Lo único positivo fueron los mensajes de texto que intercambiaron. Addison sonrió al recibir el primero, preguntándose donde había encontrado su número la ojimarrón. Sospechaba de cierta morena.

(Nah, fue Andrea)

Y aquí estaban, un lunes, en el instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Addison Rae y Dixie D'Amelio había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más. (Super amigas titokers ¡Yey!) Addison estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando a cierta chica de ojos cafés y sonrisa angelical.

-Estoy frustrada-fue el comentario inútil que hizo la chica castaña.

-¿Por qué?-Avani estiró los brazos, ella también esperaba a Anthony.

-Hace dos días que me he besado con Dixie y le dije que la amaba, no la he visto desde entonces-su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras movía la pierna-. ¿Qué se supone que somos ahora?

- ¿Rivales con ciertas actitudes cariñosas? -la morena tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos avellanas asesinarla y alzó las manos-. No me mates, era broma. ¿No querrás dejar a Anthony soltero, ¿verdad?

-La haría un favor-rodó los ojos.

-Pff, claro-chistó con gracia, echándose el Rae hacia atrás-. Ya quisiera el encontrarse otra novia como yo.

(Todas quisiéramos)

-No le deseo tanto mal, Avani. Espero que no existan dos como tú, con una me basta-Addison movió las manos, esperando que la morena se picara.

- ¡Oye! Que tú no eres Miss simpatía-le dio un golpe en el brazo, la castaña sonrió -. Soy increíble y estoy segura que Anthony piensa igual.

Una voz tras ellas respondió, divertido.

-Tienes razón, Avani-Anthony sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la morena se mostró en sus labios-. Eres maravillosa-se sonrojó.