Extra 8

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- ¿Las estás mirando, Avani? -la castaña reclamaba a su amiga, las dos entrenando en el campo de fútbol-. ¡Avani!

La morena dejó de estirar para darle la atención a su mejor amiga.

- ¿No ves que estoy ocupada, aquí? -señaló la posición en la cual se encontraba, con la pierna estirada hasta arriba al igual que un gato. (Ya quisiera yo hacer eso)

Addison apretó los labios, señalando a las gradas, nada feliz por la falta de interés.

- ¡Lo mío es más importante! -rectificó, clavando sus ojos en el pequeño grupito de tercer año-. ¡Sólo míralas, parecen buitres!

Avani decidió obedecer a su amiga, para que dejara el berrinche. Llevaba una hora soportando las quejas interminables de la castaña sobre las niñitas en las gradas que rondaban a su novia. (Celosa se nace)

Si, eso. Addison y Dixie llevaban un tiempo de novias, prácticamente meses. Ahora las dos cursaban su último año en la secundaria, habían iniciado clases tan solo hace unas dos semanas. La castaña se sentía nostálgica al pensar que este año se graduarían. Pero, Dixie. Era una novia creativa, cariñosa, atenta, inteligente, hermosa, perfecta, con ojos más profundos que... (Ya, ya, creo que entendimos) Addison podía durar horas enumerando cada virtud que amaba de la ojimarrón. Y era sexy, no mal interpreten. Addison siempre la había considerado atractiva, pero últimamente las personas comenzaban a notarlo también, exageradamente.

La castaña maldecía el día en que no detuvo a su novia, cuando Dixie quiso iniciar una clase de Pilates en el gimnasio cercano a su casa, se arrepiente. Antes, apoyó la idea por el simple hecho de que para ella todo lo que hacía Dixie le salía bien y, además, así podría ver su abdomen aún más marcado. (Golosa)

Ahora, sabe que fue un error. Ya que la ojimarrón había adquirido un cuerpo atlético muy provocativo, sonreía y sus ojos brillaban todo el tiempo. Addison sabía tanta alegría de su novia era por ella (Que modesta) pero hacía parecer a Dixie más atractiva de lo estrictamente prohibido y eso no le agradaba ni un poco.

No por ella, claro que no. Addison seguía enamorada hasta la médula de esa chica de ojos chocolates. Era por las chicas, chicos (perros ok no) y más chicas, por todas partes. ¡Se multiplicaban como conejos!

Acosaban a la pobre Dixie de arriba para abajo, sin importarles si quiera o parecer tener consciencia de que la ojimarrón tenía una novia muy celosa y que en cualquier momento podrían sufrir una muerte "accidental".

(Addison y su Mafia)

Ósea ¿Desde cuándo asistían tantas chicas gays a su instituto? ¿Era posible o sólo se les caía la tanga por Dixie? ¡Qué rabia! Addison no se preocupaba tanto por Dixie (aún), la ojimarrón respiraba y sonreía por ella solamente, obvio. Aun así, no podía evitar sentir la sangre hervirle en las venas y los impulsos homicidas acudir a ella, al verla cerca de chicas que obviamente querían llevársela a la cama.

(Es Dixie D'Amelio, todas quieren tenerla allí)

Nuevamente en Avani. La morena entrecerró los ojos, ubicando al grupo de la ojimarrón en las gradas más cercanas. Dixie reía con Anthony (Avani sonrió como idiota al verla) mientras que un grupo de... cinco chicos, contó, intentaban charlar con la ojimarrón. Addison esperaba, con las manos en la cadera, sin importarle un poco el estiramiento. Primero su novia, antes que todo.

-¿Ves? ¿Verdad que son unas zorras? -fulminó con sus ojos avellanas a las chicas, considerando terminar temprano el entrenamiento y darle una severa charla de protección contra acosadoras a Dixie.

RIVALES //  DIXISONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora