A los dos días Dixie se encontraba en su habitación, aburrida. Llevaba un gran yeso que le cubría su brazo fracturado. Debía esperar un mes para que sanara ¡Gracias Bryce-pito-corto! Por suerte sus amigos, que la habían visitado ayer, le contaron que después del incidente expulsaron a Bryce del colegio durante una semana y que había recibido una gran reprimenda de la entrenadora.
También le contaron con detalle la gran pelea que había tenido con Addison, en la cual la castaña le gritaba que era un idiota como unas cien veces. Eso mejoró su día al máximo, el cual era un asco, ya que estaba sin hacer nada. Respirar no contaba como una actividad. Sólo podía pensar en la castaña, y para ser sincera, también en como estarían las cosas en la escuela. Sus pensamientos también viajaban a las otras dos castañas que adoraba, las Rae la tenían a hundida. Su brazo dolía si se daba un golpe o lo sacudía. Así que ella no podía moverse mucho.
Ya era de tarde y sus amigos debían de quedarse para el entrenamiento de Madi.
Entonces Addison también debería de estar allí, se lamentaba ya que quería ver a la castaña. En verdad, quería ir a la escuela, pero su madre era paranoica. (Todas en general)
Leyó varios libros durante las últimas horas, pero la aburrían, vio la televisión, e intentó hacer cualquier otra cosa que no requiriera utilizar su brazo. Gracias a Dios que era el izquierdo, si no estaría completamente inútil. Ya era tarde noche cuando llegó su mamá y la saludó, su padre y ella estaban abajo en la cocina mientras Dixie seguía encerrada.
Dixie estaba terminando de usar el ordenador, y llevaba uno de los audífonos, cuando escuchó el timbre. No le prestó mucha atención, ya que debía de ser una visita para su madre. Seguía mirando unos vídeos en YouTube cuando escuchó la voz emocionada de su mamá, Heidi.
- ¡Cariño, es para ti! -dijo con la voz alegre y Dixie frunció el ceño, quintándose los audífonos.
- ¿Para mí? -preguntó gritando, para hacerse oír.
- ¡Si, es una amiga tuya! -dijo aún a gritos y Dixie se extrañó, una sonrisa estuvo en sus labios ¿Podría ser Madi? Tal vez ya haya terminado su entrenamiento
- ¡Ya voy! -exclamó, divertida, sabiendo que Madi igual subiría.
Pero si fuera ella ¿Su madre no se lo diría como siempre? Digo, ella solo tenía tres mejores amigas.
- ¡Tomate tu tiempo, cariño, yo le muestro la casa a Addison! -dijo Heidi riéndose mientras Dixie se caía de la silla. (¡ALERTA ROJA!)
- ¡¿Quién?!-gritó, alarmada, agradeciendo no haberse golpeado el brazo, y salió corriendo por la puerta.
- ¡Addison, cariño! ¿No escuchas? ¡Me la llevaré un rato! -dijo su maligna madre mientras Dixie corría por las escaleras.
Dixie prácticamente saltó los escalones y quedó de rodillas frente a la entrada, con el cabello alborotado. Llevaba unos shorts de lana y una camiseta holgada para dormir. No era la mejor vestimenta para dar saltos mortales.
Se levantó lentamente, ayudándose con la barandilla, hizo una mueca por su brazo, y se encontró con su madre mirándola con desaprobación. Pero sus ojos se clavaron en la castaña en la puerta. Addison vestía una falda y una blusa muy linda mientras mostraba a Dixie una sonrisa tímida y sus ojos avellana brillaban con diversión.
-Dixie, debes tener más cuidado con tu brazo. No quieres volver al hospital ¿Verdad? -advirtió su madre, al notar el rubor en el rostro de su hija, observó cómo miraba a la castaña y aplaudió ¡Era la chica de la cual su bebita estaba enamorada!
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RIVALES // DIXISON
FanficDixie D'Amelio comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus compañeros, entre ellos un grupito de chicos liderado por la popular Addison Rae. Desde el primer encuentro entre ambas se desatará una gran rivalidad y guerra sin tregua... Se odiab...