Y le pregunté que qué buscaba y me hablo del mes de septiembre, de la playa, del calor bajo las sábanas, de reír, de amar, de caricias, de abrazos inesperados y de besos en la frente. De lo que te llena el alma con un gesto y una palabra. En definitiva me hablo de él y comprendí que lo que buscaba nunca lo encontraría en un lugar sin poesía.