Capítulo 11

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Lo siento por no haber actualizado antes pero es que mi madre no me deja en paz y encima el instituto, pues no tengo mucho tiempo.

Dylan
Iba corriendo para alcanzar a Phoenix, la había perdido de vista ya hace un rato, seguí corriendo hasta chocarme con alguien, mas bien dicho Phoenix.

- Por fin te encuentro, chiquita.- Dije muy feliz de tenerla en mis brazos.

- ¿Tu quién coño eres?. - Rugió un chico delante de mí, instintivamente escondí detrás de mí a Phoenix.

Empecé a gruñirle, ¿Porque tenía el olor de mi mate? Eso me puso furioso.

- ¿Quién es el chiquita?.- Le pregunté furioso.

- No me vuelvas a llamar así en tu vida.- Mi corazón dolía, porque era así conmigo.

De un momento para otro el chico la cogió en brazos y salió corriendo, oh no, eso sí que no ella es mía puto.
Empecé a correr, estaba casi al lado, el chico me miró y me dio una sonrisa macabra, y de un momento para otro desapareció.

Intente oler a mi chiquita pero, su olor simplemente no estaba.
Molesto me senté en el sueldo al lado de un árbol.

Ese capullo va a pagar por llevarse lo que es mío, nadie me separa de mi chiquita.

Phoenix
Que shit, veo todo borroso, veo lo árboles pasar super rápido, como coño este niño es tan rápido, no me lo explicó.

El me tiene en brazos bien agarrada, estoy muy cómoda, es muy calentito, a lo lejos se empieza a ver una casa gigante, delante de la puerta paramos, y él me da una mirada moja bragas.

Yo me sonrojo, para no hacerlo es guapísimo.

- entra uvita, está es mi casa.

Y una mierda iba a dar una paso, pero de repente me encontraba en una habitación.

- ¿A donde crees que vas?.- Dijo el hombre ese con la voz ronca, respirando agitadamente, sin querer mi vista se fue a sus labios, pero la aparte rápidamente.

El me cogió de la cintura y me empujó a la cama, no podía moverme estaba inmóvil, el bajo su vista a mis labios y relamió los suyos.

- ¿Qu-Que haces?. - Dije tartamudeando, coño si es que era un dios griego.

Sus ojos se volvieron enteros negros y con una voz espeluznante dijo.

- Tomar lo que es mío.

Empezé a sentir algo raro no sé cómo explicarlo, pero no me podía mover, después de un rato me empecé a mover pero, yo no podía controlar mis movimientos.

- yo también tomaré lo que es mío. - Dijo una voz parecida a la mía, espera era yo la que hablaba.

Empecé a acariciarle la cara al hombre ese, no podía controlar mis movimientos algo dentro de mi lo hace me estaba desesperando.

Repentinamente lo bese con mucha lujuria y deseo, el empezó a manosear me y gruñir, introdució su lengua en mi boca y comenzó una batalla de lenguas, yo le agarre de la pelo para profundizar el beso y lo acerque más a mí sí eso era posible, el me tomo de la nuca y me besó más rudo cos awue me encanto.

Nos separamos y lo único que nos unía era un hilo de saliva.

El no paraba de gruñir diciendo que era suya, pero la maldición hacia que un tal Zercán no me reconociese como su luna de sangre ( alma gemela).

Escuche un estruendo y por fin mi cuerpo volvió a ser mío.

Mire con vergüenza a el chico que estaba encima mia.

Alguien entró en la habitación dando un portazo, un hombre que parecía tener 40 años más o menos, ese señor tenía la boca abierta y estaba negando.

El chico se quitó rápidamente de encima mia.

- papá, papá porfavor te lo puedo explicar.- El hombre siguió negando y con una mirada de terror salió corriendo.

El hombre al que anteriormente había besado, le pegó un puñetazo a la puerta y la rompió, empezó a maldecir y a echarme la culpa.

- es tu culpa joder, maldita niña, eres una uva podrida. - ¿Una uva podrida? Vaya mierda de insulto.

- ¡¡es tu culpa no mia me has hechizado o yo que se!!. - Le grité

- ya sé que soy muy guapo, pero no inventes escusas, fue tu culpa tú me seguiste el beso. - Dijo divertido.

¿!Que puto bipolar, hecha culpas?!

- tu lo empezaste. Le gruñí. - eres un idiota.

- joder por tu culpa mi padre me va a matar.

- ¿es que estás casado o qué?

- es que eres mi hermana. - Me caí al suelo, este si que está mal.

- tu estás agilipollado. Le confirme.

- pregúntale a tu madre. Dijo y desapareció, madre que subnormalidad.

Richard
¡¡¡Mis hijos!!!, Mis dos hijos estaban besándose joder, se olía su excitación me iba a dar algo, como Zercán había sido capaz de hacer eso, se iba a enterar.

Furioso había salido corriendo a toda velocidad minutos atrás, ahora estaba apoyado en un árbol, pensando todas las formas de matar a mi hijo.

Yo lo quiero pero lo que ha hecho no es correcto, se que soy un demonio, y me debería de importar poco, no está prohibido, los demonios no lo vemos mal, pero Phoenix no es como nosotros y la quiero proteger.

Furioso le pegó a un árbol y sigo andando para volver a casa pero cuando me doy la vuelta, me quedo congelado.

Es imposible ella está aquí frente a mi, mi amor, mi mate.

tu rechazo, será tu Propia  perdicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora