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ˏˋ ꒰ ᥕᥱᥣᥴ᥆꧑ᥱ ᖯᥲᖯᥙᩛ ꒱ؘ ˊ-

Aquel día también habían tenido gimnasia, atletismo, concretamente

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Aquel día también habían tenido gimnasia, atletismo, concretamente. Todos y cada uno de los músculos de Valentín se resentían a cada paso que daba. Entró al vestuario y arrugó la nariz con desagrado, allí apestaba a alfa sudoroso, y el dulce aroma de Manuel no estaba ahí para camuflarlo; el profesor le había mandado recoger el gimnasio. Seguro que lo único que quería era ver cómo el omega se agachaba a recoger los conos del circuito. Valentín gruñó ante esa idea. Abrió su taquilla y sacó su bolsa de deporte, se quitó la camiseta y la cambió por una limpia, después hizo lo mismo con los pantalones.

— Ya lo creo, es increíble —.

La voz de Eduardo Cachavilano llegó a sus oídos desde un par de taquillas de distancia. Hablaba animadamente con Matías Spallatti, un beta que solía rodearse de alfas y que no le caía demasiado bien a Oliva.

— Es el omega perfecto, casi de ensueño. Es dulce, es atento y tremendamente guapo —. Dijo el beta —.

— No olvides, que está buenísimo. ¿Ese culo es normal en un chico? No puedo mirar a otro lado cuando corremos —.

Los dos amigos rieron socarronamente y Valentín apretó los puños. No podían estar hablando de quién él creía que estaban hablando.

— ¡Ya te digo! Manuel volvería loco a cualquiera, cómo me gustaría marcarlo y poder folla.. —..

Oh si, lo estaban haciendo.

Valentín cerró la taquilla con tanta fuerza que hizo vibrar todas las demás. El vestuario se sumió en un pesado silencio. Lentamente, como un lobo acorralando a su presa, se acercó a los otros dos chicos que le miraban con una mezcla de curiosidad y temor. Destellos rojos manchaban las claras pupilas del alfa. Oliva realmente estaba enfadado.

— Me gustaría formar parte de su conversación, ¿de quién hablaban? —. Preguntó con la miel bañando sus palabras. Era una trampa —.

— De...de Manuel Vainstein —. Respondió Eduardo temeroso —.

Nunca había hablado con Valentín, nadie lo había hecho en realidad. Bueno, nadie excepto Manuel. Tragó saliva en cuanto se dio cuenta de que la había cagado pero bien.

— Ah, sí, Manuel. Es un gran omega, ¿verdad? ¿Qué decías que te gustaría hacerle, Spallatti? —. Volvió a preguntar, apretando la mandíbula y mirando a Matías con fingida curiosidad. Valentín era la aparentemente inofensiva Venus Atrapamoscas que esperaba pacientemente para devorar a su presa —.

El beta retrocedió un paso asustado. Todas las historias que había escuchado sobre Valentín Oliva se sucedían en su cabeza como pequeños y terroríficos sketches, en ese momento, el imponente alfa se cernía sobre él con la furia homicida dibujada en su rostro. Ninguna de aquellas historias era cierta, pero Valentín estaba dispuesto a hacerlas todas realidad con aquellos dos imbéciles que habían mancillado el nombre de Manuel. ¡Solo él podía fantasear con el omega! ¡Solo él podía mirarlo!.

𝐈𝐍𝐓𝐎𝐂𝐀𝐁𝐋𝐄 / Wosplik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora