Especial 4: Familia Feliz.

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ˏˋ ꒰ ᥕᥱᥣᥴ᥆꧑ᥱ ᖯᥲᖯᥙᩛ ꒱ؘ ˊ-

— ¡Tío Manu, tío Manu! —

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— ¡Tío Manu, tío Manu! —.

— ¡Papi, papi! —.

Dos pequeños niños de unos cinco años entraron corriendo por la puerta de la pastelería. Uno era castaño y alto, con una sonrisa enorme a la que le faltaba un diente. El otro era más pequeño, castaño y tenía unas grandes mejillas que le hacían verse como una pequeña cosita adorable. El omega que estaba detrás de la caja salió a su encuentro y abrazó a los pequeño con dificultad, le costaba trabajo hacerlo con su prominente barriga.

— Hola, niños —. Saludó sonriéndoles con dulzura —.

— ¿Puede venir Paulo a jugar esta tarde a mi casa? —.

— No sé, Camilo, ¿Les preguntaste a tus padres? —.

— Papá Teo dijo que si, ahora voy a preguntarle a papá Dani —.

— ¿Y qué dijo tu padre? —. Le preguntó Manuel a su hijo —.

— Que tu mandas —. El castaño rió y negó sonriente —.

En ese momento, un alfa sonriente salió de la cocina con una bandeja cargada de pasteles recién ordenados.

— ¡Papi! Esta tarde va a venir Paulo a jugar a casa —. Anunció Camilo emocionado —.

Daniel sonrió y dejó el la bandeja sobre el mostrador.

— Eso es genial peque —.

Tomó a su hijo en brazos y le besó la mejilla, mientras Paulo abrazaba cariñosamente la pierna de su padre y éste le hacía mimos en el pelo.

La campanilla de la puerta sonó, anunciando la llegada de dos personas al local. Aunque ni Daniel ni Manuel habían necesitado aquel sonido para saber que sus parejas habían llegado.

Mateo entró tan sonriente como siempre.

— Estos dos renacuajos se nos han escapado, ¿ya les contaron sus planes malignos? —. Preguntó el omega, revolviendo el pelo de su hijo y dándole un pico a Ribba, que lo tomó de la cintura y lo estrechó en un abrazo, dejando al pequeño niño en medio.

— ¡Ahh me asfixian! —. Se quejó el niño y la pareja rió, besando cada uno una de las mejillas del pequeño —.

La familia sonrió feliz.

Valentín se habría detenido a contemplar la dulce escena, de no ser porque a él le esperaba una muy similar. Su omega le esperaba sonriente, con una mano sobre su abultado vientre y con su hijo mayor abrazado a su pierna.

— Papi... —.

El niño que Oliva cargaba entre sus brazos se revolvió y se estiró en dirección al omega, que lo recogió y lo apoyó sobre su cadera, con cuidado de no lastimar su vientre.

Manuel besó la cabeza del niño de un año recién cumplido, y éste abrazó su cuello.

— Hey, Nicki, déjame un poco, que yo también quiero —. Dijo Valentín acercándose a su familia y besando a Manuel —.

— ¿Cómo estás? —.

— Hinchado —.

— Llevas ocho meses embarazado, Minie, ya deberías estar acostumbrado —. Bromeó el amyor y ambos sonrieron —.

Los clientes de la pastelería ya veían aquello como algo normal, la mayoría incluso acudían al local por el ambiente familiar. Muchos eran clientes habituales que acudían religiosamente a por el café y el trozo de pastel de las cinco. Que Manuel cocinara como los ángeles también ayudaba, además de que Daniel era un camarero ejemplar que alegraba a la clientela con sus sonrisas kilométricas. Vainstein se había negado a dejar de trabajar a pesar de su estado, no quería defraudar a sus clientes, por eso, todo el mundo en el barrio en el que vivían y en el que se encontraba la pequeña pastelería le tenía un gran aprecio a Manuel y a su familia.

— Oye, guapo, ¿te gustaría ir de picnic esta tarde? —.

- Mateo Palacios, ¿me está proponiendo usted una cita? —. Bromeó Ribba, haciéndose el sorprendido —.

— Puede ser, ¿Qué opina? —.

— No lo sé, pregúntale a mi jefe —.

Manuel rodó los ojos

— Hey, bolita, ¿por qué no cierras hoy antes y nos vamos todos de picnic? —. Sugirió Mateo —.

— ¡Sí, picnic! —. Exclamaron Camilo y Paulo al mismo tiempo —.

Daniel se unió al coro.

— Como si ahora pudiera decir que no. Le partiría el corazón a tu alfa grandote, y a los niños tampoco les haría gracia —.

— Cómo me conoces, Manu —. Dijo Daniel —.

Los cuatro adultos rieron mientras los niños seguía celebrando el cambio de planes.

— Podríamos avisar al tío Martín —. Propuso Paulo —.

— Claro, luego lo llamamos. Aunque a lo mejor está ocupado, el último año de instituto es el más difícil —.

— Hablas por ustedes dos, ¿no? —. Dijo Mateo —.

Oliva rió y abrazó a Manuel por la espalda, frotando su barriga con amor y besando la marca de su unión. Se sentía plenamente feliz con su gran familia; con el omega de sus sueños a su lado, con sus dos pequeños hijos y el que estaba en camino, con sus dos mejores amigos. Y sonrió, porque todo era perfecto y porque y no tenía que observar a Manuel desde la distancia para apreciar lo perfecto que era.

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Espero que les haya gustado mucho mis bbs <'3

Muchisimas gracias y por todos sus bellos comentarios se aprecia mucho de su parte c':

— Flores de cempasúchil para ustedes, los ama Mark.

𝐈𝐍𝐓𝐎𝐂𝐀𝐁𝐋𝐄 / Wosplik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora