Capítulo 8 - Precio

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-No puedo creer que me hayas obligado a hacer esto...- farfulló cierto mutante gruñón que luchaba por detener la hemorragia ocular que tenía el hombre a quien veía como un hermano.

Un ronco gruñido le respondió, siendo que el afectado principal prácticamente estaba destruyendo los reposabrazos de su asiento mientras O'Hara y Summers le sujetaban de los hombros para evitar que se sacudiera más.

-Yo no puedo creer que debamos regresar a Krakoa con él en este estado- maldiciendo a las acciones de los dos hombres que le produjeron una migraña en menos de cinco minutos, Cyclops pronunció, esforzándose por mantener quieto al hombre araña.

-El único punto bueno que le veo a todo esto, es que dentro de unos minutos ya se habrán cerrado las heridas- presionando con la mayor cantidad de fuerza a disposición, Spiderman 2099 hizo mención.

-Vaya, eso es de gran ayuda para nuestros pellejos, bub...- repleto de sarcasmo en sincronía que oprimía un paño ya rojo contra las orbes del castaño, acto que creyó vivir ya, Logan espetó.

-Al menos trato de verle lo positivo a todo esto- frunciendo el ceño, replicó mordaz el arácnido del futuro.

-UGH! – el quejido de Peter detuvo todas las peroratas que estaban dándose a su alrededor, al mismo tiempo que sacudía frenéticamente la cabeza de lado a lado, como si intentara quitarse de encima la presión que Howlett generaba contra sus ojos.

Aquella acción del mítico vigilante de Queens causó un sucinto cese de contención hacia su persona, siendo que los mutantes y la araña restante se alejaron moderadamente para divisar con diligencia el cómo iba continuar el plan de Spiderman, sea cual sea este.

Cayéndose del rostro un paño cubierto en su totalidad de sangre, ante los ojos de los invitados a la oficina del CEO que Parker Industries tenía se hallaba un Peter tieso en su sofá. Oscuras eran las marcas carmesíes que poco a poco se iban secando alrededor de los ojos y las mejillas del héroe, dándole el aspecto de un melancólico ser que había llorado por todos hasta derramar su vida. Así como opacos eran los antiguos orbes de tonalidad chocolate con el que miraba el mundo que le rodeaba, decorados con una longitudinal cicatriz que se cerró a una velocidad más acelerada a la que poseía previo a su renacimiento.

-Maldición...arde como un demonio- siseó por lo bajo el trepa muros, rozándose con las yemas de sus falanges las marcas que desde ahora serían parte de su aspecto físico.

-Qué más esperabas, bub...? – aún enojado por haber sido quien ejecutara el pedido, Wolverine acotó.

-Un abrazo y muchos regalos? – refutó el trepa muros, esbozando a duras penas una lúdica mueca, haciendo que sus acompañantes actuales negaran tácitamente ante las ocurrencias que tenía.

-Debí apuntar más abajo con la daga. El mundo me lo hubiese agradecido- con apócrifo remordimiento, el longevo hombre procedió a ayudar al Parker.

-Dudo que Hope hubiese cooperado luego para revivirte cuando las demás te desollaran con vida- imitando el accionar de su colega mutante, parló Scott, sacándole un gruñido a este.

-Olvídalo, ella lo incinerará como aquella vez- el propio Peter aportó su opinión respecto al tema, siendo ahora objetivo de los gruñidos de su hermano en todo menos la sangre.

Un carraspeo detuvo la inesperada plática animada, obligándolo a los tres sujetos que últimamente vivían en Krakoa a girar sus cabezas en dirección a donde Miguel se localizaba, siendo que el castaño supo dónde estaba gracias a sus sentidos más desarrollados.

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