Que empiece la guerra

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A lo largo de toda la historia del ser humano siempre han existido GUERRAS.

Desde la prehistoria con piedras y lanzas, y para los religiosos entre Dios y el hombre al morder la manzana con el destierro del paraíso, luego con armas por la expansión de reinos, luego con tanques por motivos políticos y hoy en día con bombas de horribles magnitudes por motivos que no quedan claro, por motivos que no se justifican, por motivos que no existen...

Todo esto me lleva a hacerme una pregunta: y tú alma rota? Por qué empezarías una guerra? Por amor? Por amor vale la pena luchar pero jamás empezaría una guerra. Por defender a los animales? Me convertiría en un animal, o peor, una bestia por pensar que eso es un motivo. Por religión? Si Dios quisiera una guerra, tendríamos que llamar a Dios Lucifer, Belcebú, Leviatán o Satanás.

Por un mundo mejor? El mundo no se hace mejor iniciando otra guerra más. Por dinero? El dinero se gana trabajando, y el que inicia una guerra con fines económicos es más rata que el que roba bancos o el carterista que se muere de hambre. Por tierras? La tierra es de todos, puedes visitar cualquier sitio sin nesecidad de poseerlo. El que inventó las fronteras era tan estúpido que no se dio cuenta que el mundo entero ya era de todos.

Por poder? El poder está en la palabra. A una idea fuerte y razonable le sobran palabras para defenderla. Cuando una idea es inconcebible es impuesta con violencia, ya que no puede ser aceptada con explicaciones.

Si no hay motivos para iniciar una guerra... ¿Cómo es que existieron y siguen existiendo tantas?

Y después de estarlo meditando un tiempo me vino un grupo de personas, un grupo minoritario y oprimido, que
ha existido y sigue existiendo, y que empieza guerras con una idea basada en valores. Hablo de toda esa gente que
vivió esclavizada, de los que vivieron oprimidos por un poder político, por una razón social, racial o cualquier otro
motivo estúpido... y por esa gente que hoy, en nuestros días sigue siendo marginada, oprimida, sometida y silenciada por los mismos u otros motivos nuevos, pero igual de estúpidos.

Esa pobre gente no buscaba la guerra pero encontró en ella el único camino para salir de su cruel situación. No es que fuera la mejor salida, es que era la única que tenían para ser escuchados.

Hay un motivo entonces para iniciar una guerra: la LIBERTAD. Si existió tanta gente que decidió morir y no seguir como antes por saborear esa palabra.- Entonces es que vale la pena luchar por ella.

Desgraciadamente, como en todas las guerras, ha corrido sangre... de inocentes y de culpables, de opresores y oprimidos, de compañeros y enemigos. Y eso es lo malo de las guerras, que todos salimos perdiendo siempre.

Y digo yo: y si nos ahorramos la sangre y empezamos una guerra con algunos cambios? Cambiamos las armas por
la palabra, las balas por tinta y los tanques por caricias.

Una guerra en la que todas las banderas sean blancas, donde gane siempre la razón, donde el honor y la gloria sean valores morales y la derrota sea callar la boca por reconocer un nuevo punto de vista.

Y cualquier sitio podría ser un terreno de batalla: la oficina, el bar, la cama, la calle, el campo y la ciudad- Cualquier sitio es válido para tertuliar, discutir, razonar y madurar.

Que empiece la guerra.
Por la libertad de expresión,
Por la bondad y el amor,
Por la igualdad y la comprensión,
Por el buen sexo a la luz del sol.
Por el lienzo y la canción,
Por los derechos y la unión
Por la extinción de la bala y el cañón!
Que no haya sangre...
Que triunfe el honor!!

Poemas de un Alma RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora