Capítulo 5

110 16 20
                                    

"Las lágrimas nacen del corazón, no del cerebro"—Leonardo Da Vinci.

Mi mente estaba divagando, volviendo a cada momento donde me sentí mal por Diego.

—Recuerdo que cada noche lloraba por él, le decía a mis amigas que lo había superado, y así se sentía, se sentía bien no pensar en él pero después...

—Después llegaba la noche, ¿no? y él volvía—dijo Mara entendiendo.

—Él siempre volvía—observe mi reflejo en el ventanal, mis ojos rojos, mi mejillas húmedas—Eran siempre los mismos recuerdos, las fiestas, las risas, los momentos juntos, los juegos.

Yo fui su juego.

—A veces, solo imaginaba una vida junto a él, como hubiera sido si estuviésemos juntos... podría haberlo amado más que cualquier otra persona.

No quería llorar.

Pero a veces llorar era la mejor medicina.

—Nunca me hubiera dado una oportunidad—admití cansada.

—¿Estas triste por eso? ¿por qué él nunca te dio una oportunidad?.

¿Estaba triste por eso realmente? No, estaba triste porque dejé que jugara conmigo, que se divirtiera conmigo.

—No, estoy triste por dejarme pisar por alguien como él... ¡y es que no lo entiendo!—grité soltando la silla y caminando hacia la ventana, ella giró con su silla siguiéndome con la mirada—¿Cómo es que alguien puede hacer algo así? ¿Cómo puede divertir el sufrimiento de alguien más?. No lo entiendo—dije negando con un movimiento de cabeza.

—No lo hizo a propósito y lo sabes...

—Como sea—interrumpí—Estuve con él en todo momento, siempre trate de hacerlo sentir mejor ¡siempre!... me siento inútil por haberme enamorado de él.

Lo hubiera dado todo por él y aún así sabía que él no daría nada por mi.

—Me siento triste por lastimarme—admití—Por dejar de amarme por él, por pensar que nunca sería suficiente—abrí mi campera y saqué una bolsita de nueces.

—¿En serio? ¿tienes comida en la campera?—preguntó mirándome con rareza.

—¿Qué está esperando?— pregunté con la boca llena—¿Qué muera de hambre o qué?.

—Al menos podrías darme una.

Le entregué una ciruela poniendo los ojos en blanco mientras apoyaba mi espalda en su ventanal.

Algunas gotas de lluvia comenzaban a caer igual que caían por mis ojos—Pensé que no llovería esta tarde—dije mirando hacía afuera, viendo como las personas corrían buscando refugio—Es solo agua, ni que fueran gatos. No entiendo porque las personas hacen eso, correr cuando llueve o buscar refugio si es solo lluvia, no ácido, no es una lluvia que te convertirá en zombi o algo por el estilo.

—Heather, te distraes mucho—siempre recibía comentarios de esa clase.

Te distraes mucho. No prestas atención. ¿Me estás escuchando?. Pareces en otro mundo.

Él siempre decía eso.

—Heather, a veces tardamos un poco más de tiempo en superar a las personas, algunos más, otros menos pero no eres inútil por enamorarte.

Reí—Si lo soy.

—No, no lo eres. Solo eres una dulce chica que se enamoró de la persona incorrecta, que se dejó de amar para amar a otra persona, ¿te parece eso correcto?, ¿dejar de amarse para amar a otros?.

Heather:  Después de todo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora