El deber que viene al proteger el honor. Aunque su pareja destinada no existe ellos son lideres de manadas, honorables y dispuestos a cumplir con su deber ¿Aceptarían solo 90 días para conocer a la persona con la que pasaran el resto de su vida?
Pu...
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Taehyun.
Si estuviera en mis manos hace años que no estaría en este mundo.
Ya sé lo que dirás, trataras de buscar una forma de pensar que yo exagero y que debería ver el lado bueno de toda mi simple existencia, pero tendrás que ahorrarte el comentario para otra persona, yo conozco de sobra que eso no es la clase de pensamientos que debería molestar a un niño de mi edad, pero incluso si estoy consciente, es curioso como pensarlo es lo que me motiva en mis ratos de ahogo.
Recordarme que no soy yo por el que me mantengo de pie a lo largo del día. Así que me lo repito otra vez hoy, que es hora de prepararme para iniciar mí rutina, la alarma está sonando desde hace un par de minutos dándome anuncio de que ya eran las 6 de la mañana, a esta hora ya debería estar preparando el desayuno, pero el frio del invierno que azoto este año me está golpeando más prominentemente para que me quede dentro de las mantas, como si estas fueran de la tela más fina y cálida del universo.
Las quito cuando la manecilla del reloj marca las 6:10, me obligo a caminar a través de las baldosas heladas y empezar con el desayuno para mis hermanos, veo que mis padres toman su parte y salen por la puerta sin siquiera levantar sus platos de la mesa, suspiro, pues no quiero iniciar el día con una pelea. De todos los días, hoy no podría.
Así que lavo sus utensilios y decoro las paredes con un par de globos antes de ir por ellos.
Vale la pena completamente haber pasado días trabajando sin descanso con la señora Lee cuando Beom asoma tras la puerta en medio de un bostezo y se percata del pastel que adorna nuestra mesa, hoy cumplía 4.
Lo veo correr y tratar de subir a la silla de madera gruesa, pero sus piernitas pesan más de lo que él esperaba, por lo que cae de sentón al suelo. Creo que va a llorar pero aprieta los puños y suspira antes de volver a intentarlo, me quedo de pie viéndolo caer otro par de veces, hasta que lo logra.
Así que le coloco un gorrito de fiesta y le doy un beso suave en la mejilla antes de ir por Kai quien ya había iniciado su llanto para que lo sacara de su cuna.
Una vez que lo llevo conmigo a la mesa, él bebé parece consiente del día pues sonríe y lanza besos y risitas hacia Beom, quien devuelve los gestos con entusiasmo.
Después del desayuno les permito tener un trozo del pastel antes de ir a la escuela y le entrego su regalo a mi hermano, toma la bolsa y la desgarra hasta poder ver los patines de cuatro ruedas que me había pedido desde navidad, pero debido al precio termine por decirle que esperara hasta su día de nacimiento para poder tenerlos, y lo veo querer llevarlo a clases para mostrarlos ante sus amigos, lo permito, aunque le advierto que debe tener cuidado y sobre todo permiso de los maestros antes de usarlos.
