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—Yoongi hyung, juega una partida conmigo, anda–el omega menor puso sus ojos de cachorrito y miró al mayor haciendo un gesto con sus manos en forma de súplica.

—Jungkook, abrimos en treinta minutos y ya escuchaste a Jin, tienes cita a primera hora–le comentó el peliblanco sin despegar su vista del libro que estaba leyendo.

—Aish–frunció su ceño y se dirigió a la recepción donde se encontraba Seokjin en su escritorio tarareando alguna canción y haciendo garabatos en la agenda del estudio.

Éste levantó su vista y vio al menor haciendo un lindo puchero.

—¿Qué pasa, bebé?.

—Nadie quiere jugar conmigo, hyung–rodeó el escritorio y buscó acurrucarse con el omega mayor subiéndose a su regazo.

Seokjin rodeó el cuerpo del castaño y frotaba su espalda con cariño, meciéndolo un poco.
Jungkook se escondió en su cuello, inhalando aquel tranquilizante aroma empezando a ronronear.

Yoongi pasó a un lado de ellos y rodó los ojos.

—Por eso está como está, Jin.

Jungkook levantó su mirada y entrecerrando sus ojos, le gruñó al cuerpo en frente de él.

—¿Qué fue eso, lobito? Aprende a gruñir bien–dijo Yoongi con una sonrisa ladina agarrando su tablet del escritorio, yéndose a su lugar.

—Jungkook, basta–le reprendió Seokjin.

—Él me provoca.

—Mejor ve a prepara tus cosas, que no falta mucho para abrir–palmeó su espalda para hacer que se levantara de sus piernas.

El menor, con mucha pereza hizo lo que le dijeron y bufando se dirigió a su lugar arrastrado sus pies.

—Sin arrastrar los pies–dijo en volumen alto para que se le escuchara. En respuesta solo obtuvo un chasquido de lengua.

Mientras pasaban los minutos para que se hiciera hora de abrir, Jin decidió limpiar un poco la entrada y también ponerse un poco de neutralizador de aromas para no llamar la atención o hacer sentir incómodo/a a algún cliente.

Pasó por el lugar de Yoongi y le colocó neutralizador también. El aroma del omega de ojos gatunos era delicioso, una mezcla de café y natilla. Antes de retirarse, le pellizcó la nariz con cariño y le acarició su blanca cabellera, el contrario se sonrojó y trató de zafarse del suave toque.

Después fue con Jungkook, que se encontraba acostado en la cama para tatuar, dibujando algo en su libreta.

—Ven que te pondré neutralizador–le extendió la mano para hacer que se levantara.

—Uh...no creo que a mi alfa o a mi cachorro les guste eso, hyung–murmuró mientras seguía dibujando.

El mayor desvió su mirada al cuello pálido del castaño y sonrió. Una marca de mordedura cicatrizada descansaba en la zona de unión entre su cuello y hombro. Jungkook al sentir la mirada, trató de ocultar su gran sonrisa pero al final no pudo, sonrió y pegó la libreta a su pecho soltando una risilla.

—Yah~

—Eres un omega increíble, Kookie–acarició su mejilla.

Seoulmates Ink | 𝑁𝑎𝑚𝐽𝑖𝑛 / 𝑇𝑎𝑒𝐾𝑜𝑜𝑘 / 𝐽𝑖𝑚𝑆𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora