Seoulmates Ink | 𝑁𝑎𝑚𝐽𝑖𝑛 / 𝑇𝑎𝑒𝐾𝑜𝑜𝑘 / 𝐽𝑖𝑚𝑆𝑢

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Habían iniciado la semana tranquilamente, era día martes y el trío de omegas estaban emocionados por conocer a los interesados en formar parte de su equipo.
Era algo nuevo para ellos, por lo que pudo asustarlos un poco, obviamente no querían a "alguien que fuera un grano en el culo"–como Yoongi refirió–.

—¡Yugyeom somos equipo, imbécil!–Jungkook gritaba alterado con lo audífonos puestos y la laptop sobre su regazo—¡Me acabas de matar! ¿Cómo que y eso qué? Aish este idiota~

Después de un rato, el maknae se cansó de estar jugando con su mejor amigo y decidió dejarlo para poder concentrarse en unos diseños en los que estaba trabajando.

—Hyung, dijiste que un chico te había enviado unas fotos.

Seokjin asintió, palmeando el lugar a un lado suyo para que se sentara junto a él.

—Wow, este es realmente bueno–comenta mientras más imágenes veía, arrebatándole de sus manos el celular para verlo más de cerca.—¿Sabes lo complicado que es eso? Ese chico es increíble, lo contrato hyung–dice sin más.

—Tenemos que conocerlos primero–apretó la nariz del omega—Espero que no sea un cretino–torció la boca.

Yoongi apareció por la puerta principal luciendo extrañamente adorable.

—¿Qué llevas puesto?–preguntó extrañado el menor.

—¿A qué re refieres?

—Yoonnie, te ves muy bonito–chilla con emoción el más grande llevando sus manos a su propio rostro.

—Sólo es un estúpido suéter–dijo desinteresado, acercándose cada vez más a ellos.—Y fue porque Suga insistió, es tan terco–susurró al dejar sus pertenencias en una mesa.

—Suga eres tú, hyung tontito.

El ahora tierno omega gruñó hacia el maknae mostrando sus colmillos queriendo lucir amenazante aunque solo estaba jugando.

—Eres como un gatito~

—Lo avergüenzas Kook–ríe Seokjin.

El peliblanco los fulminó con la mirada y se retiró para no mostrarse sonrojado en frente de ellos.

Desde ayer su lobo había estado muy inquieto, muy cariñoso y deseoso de atención–cosa que Yoongi regularmente no era–, su hermano tuvo que dormir junto a él y soltarle unas cuantas feromonas para que su interior se apaciguara y pudiera descansar cómodamente. En la mañana siguiente el omega casi lo saca a patadas de su cama, no sin antes murmurarle un 'gracias'.

Sospechaba que su comportamiento era a causa del alfa de bonitas mejillas, su omega se sintió tranquilo y curioso con su presencia. Le intrigó en el momento, pero ahora ya no sabía si volvería a ir y sinceramente no quería estar al tanto de eso, al fin y al cabo no era importante.