Capítulo 28:Alas

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POV SINGTO

No se muy bien que sentir. Traer a Krist aqui ha sido una locura. Nunca traje a nadie aquí.
Ni siquiera Ohm.
Pero, con él es imposible no querer compartir con él todo lo que me gusta y me encanta. Porque me estoy dando cuenta de que Krist es lo que más me gusta y encanta últimamente.
Parezco idiota, lo sé.
Después de besarnos, nos miramos fijamente y cuando pretendo besarlo otra vez, Krist se separa de mí bruscamente y exclama:
-¿Por que no hacemos un recorrido? Guíame, ¿te parece?
-Claro-digo con una sonrisa.
Y así empezamos a caminar.
-¿Cuándo y cómo conociste este sitio?-me pregunta emocionado.
-Tenía 10 años. Me había escapado de casa-río, al ver la cara sorprendida de mi chico - Estaba agobiado por las clases particulares de fútbol, guitarra y los exámenes también. Entonces, me dije:-pongo una voz infantil para dar mejor efecto y digo- "me voy. Si desaparezco, ya no tendré que hacer todo esto y podré jugar lo que me de la gana, sin tantas tareas por hacer."
Y con esa voz consigo mi propósito:Krist empieza a reír como un loco, mientras sigue interesado en saber más de mí pequeña aventura.
-Así que cogí mi mochila, 100 Bath que había ahorrado de la paga de los fin de semana que mis padres llevaban dándome desde los 8 (dinero, claro que no había gastado en dulces ni chuches), 3 chocolatinas, 1 botella de agua, una muda de ropa y mi pijama favorita.
-Vaya, ibas bien preparado, ¿eh?
-Pues sí. Así, después de dos horas de caminar sin saber a donde ir, y con solo media chocolatina llegue a este sitio. Y me enamoré del lugar.
Krist mira a nuestro alrededor y suelta un suspiro de admiración.
-Lógico. Y, ¿cómo volviste a casa?
-Pasadas unas horas, empecé a tener hambre y echaba en falta a mi madre. Así que volví, sin que mis padres se dieran cuenta. Eso sí, me prometí que cada vez que necesitará irme y escapar de todo vendría aquí siempre. Así, este lugar se volvió increíblemente especial. Cada vez que estoy necesitado de recordarme quien soy vengo aquí.
Mientras le voy contando mi historia a Krist, llegamos, sin darnos cuenta a un pequeño barranco.
-Woww, vaya que chulada de aventura-Krist me sonríe.
Es aquí, donde le obligó a parar de caminar y giro el cuerpo de Krist hacia mí.
-Hay una razón concreta por la que te traje aquí.
Estoy nervioso, pero me obligo a aparentar una imagen de seguridad y confianza. Sé que Krist siente algo especial por mí y tengo muy claro que no hay razón para que las cosas vayan de mala manera.
Krist, al darse cuenta de mi tono, me mira con atención.
Sin darnos cuenta ninguno de los dos, nos vamos acercando más al filo del barranco.
Especialmente yo.
-Te traje aquí, porque además de querer compartir este lugar, quiero que sea el escenario para dar el paso que llevo deseando dar desde que te conocí.
Inspiro fuertemente para darme valor, acerco el cuerpo de este precioso joven y le beso. La manera en que nuestros cuerpos responden, en cómo su olor a cítrico se mezcla con el mío termina por volverme loco.
Este chico se va a convertir en mi perdición.
Y no me importa.
Me separo de él, antes de que no pueda pararme a mi mismo y le susurro:
-Sé que debes de tener muchas razones para pensar que tu y yo somos mala idea. Y seguramente, tendrás muy buenos motivos. Pero, tu y yo, no sé.-Sacudo mi cabeza, decidido y determinado-- Creo que podemos ser muy buenos el uno para el otro. Y no quiero perder la oportunidad de estar contigo. Así que, me gustaría que me dijeras que si a lo que te voy a preguntar.
Krist me mira expectante.
-¿Podemos salir juntos como pareja? Es decir, ¿quieres ser....
Antes de poder terminar mi pregunta, sin percatarme he hecho un movimiento brusco hacia atrás, con la mala suerte de que pierdo el pie fuera del barranco.
Angustiado, empujó a Krist hacia atrás rápidamente y empiezo a desear caer en una parte frondosa del bosque.
Mientras desciendo, observo la cara de horror de Krist y yo le mando una sonrisa.
Cuando pienso que voy a darme la gran ostia de la humanidad, unos brazos y un olor a cítricos que se me hace cada vez más conocido me rodea. Abro los ojos sorprendido, y lo que veo me deja sin respiración.
Krist, rodeado por unas alas, me sostiene en el aire.

AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora