Rusia se encontraba sentado entre las exposiciones que él mismo había instalado mostrando su tecnología y armamento, no tenía mucho que hace, en la tarde del día anterior tuvo una reunion con sus aliados de Europa del Este y Asía, básicamente sus hermanos, China y Corea del Norte, por lo que ya no tenia nada que hacer, al menos por ahora, además la orden que le había dado al canciller el día anterior este la había cumplido a la perfección.
Estaba tranquilo dándole un vistazo a su celular hasta que sintió una mirada penetrante sobre él así que levanto su rostro para mirar alrededor. Pudo ver a un colombiano con su vibrantes ojos verdes mirándolo fulminante mientras se acercaba a paso firme hacia él, parecía furioso era casi como una pantera mirando a su presa. Je que divertido.
Cuando el colombiano se acerco lo suficiente le hablo al ruso, quien seguía sentado apaciblemente.
─Rusia tenemos que hablar, ¡Ya!─ Dijo Colombia en inglés.
─Claro─ Dijo el ruso mientras se levantaba─ Vamos a hablar.
Rusia empezó a caminar siendo seguido por el colombiano, ambos sabían que no podían hacer escándalos con las miradas de otros sobre ellos. Eran figuras publicas, los periódicos empezarían a especular y las revistas de chismes... bueno a chismear, el caso era que no podían discutir en publico.
El ruso y el colombiano entraron a un agradable cafetería que estaba las afueras de la convención y a la que se le había permitido operar pese a la seguridad que el evento requería; no estaba muy llena pero aun así todos los clientes se paralizaron al ver a dos Countrys entrar en el lugar. Ambos se sentaron en una de las mesas vacías.
Una nerviosa señorita se acerco a atender a los inusuales clientes.
─Buenos días ¿Qué les gustaría tomar?
─Necesito hablar con el encargado─ Dijo Rusia sin rodeos.
─ Pero- ─La señorita iba a decir algo más pero el ruso le dio una de sus frías miradas─ Claro señor, en un momento estará aquí─ Y con eso la señorita huyo detrás de la barra y hacia la administración.
─¿Qué demonios vas a- ─ El ruso corto las palabras del colombiano.
─Cállate, en un momento hablaremos.
El colombiano soltó un ligero gruñido, tan parecido a un felino.
En unos segundos llego el encargado.
─ Señor Rusia, en que podemos servirle.─Dijo el encargado
─ Quiero reservar todo el lugar y que sus comensales salgan ahora. Hasta que él y yo terminemos de hablar, por supuesto pagare las perdidas.
El encargado lo pensó un momento, aun que pagara la reservación de todas las mesas aun habría perdidas, la ganancia de la cafeteria estaba en la comida, pero él dijo que pagaría, además no se puede negar a un Country, seria casi suicidio, más si el Country en cuestión era Rusia.
─ Por supuesto señor.─ Dijo el encargado para después ponerse manos a la obra.
Pese a la queja de algunos de los clientes el lugar estuvo desocupado en minutos.
─Listo señor, ¿Les puedo ayudar en algo más?
─Sí, quiero un Glögg y ...─ Dijo Rusia esperando que el colombiano pidiera algo.
─Un Kúmenkaffi, por favor─ Respondió Colombia mientras miraba al encargado.
─Bueno ahora si, ¿Que quieres hablar?─ Dijo el ruso con una sonrisa ladina.
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Nuestro vuelo RusCol
RomanceColombia pasa por días ajetreados, como siempre y como era de esperarse cuando se cree que las cosas no pueden empeorar llega algo que te demuestra que si, las cosas siempre pueden empeorar. Ahora Rusia se unirá a la serie de tensiones internacional...