Como si fuera un juguete

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Rusia no estaba seguro que era lo que le ocurría al colombiano pero estaba seguro que llorar negro y luego desmayarse no era bueno o normal, así que hizo lo único que le pareció lógico. Tomo al colombiano entre sus brazos como pudo, era difícil cargar a un hombre que era apenas más pequeño que él, en ese momento agradeció sus extensos horarios de entrenamiento.

Las personas que atendían la cafetería se alarmaron cuando el colombiano se desmayo, pero se alarmaron más cuando vieron salir al ruso con Colombia en brazos, en parte porque se preocuparon y en parte porque no les había pagado, el ruso tuvo que gritarles que enviaría alguien a pagar cuando le siguieron fuera del lugar.

Rusia busco con la vista el lugar donde había dejado su auto, donde había dejado su hermoso Aurus Senat negro. Cuando lo encontró tuvo que atravesar corriendo entre una gran cantidad de personas, entre ellos periodistas, que no dudaron un momento en apuntar sus cámaras hacia ellos; al llegar al auto el ruso abrió la puerta y metió al colombiano como pudo dentro de este, se metió él en el puesto del conductor y condujo tan rápido como le fue posible, como si su propia vida dependiera de ello, aun que quizá la vida de su acompañante si dependía de ello.

Mientras Rusia conducía, escucho al colombiano quejarse ligeramente entre sueños, respirar agitadamente y por supuesto el viscoso liquido negro seguía brotando de sus ojos. Rusia no podía decir que era lo que provocaba eso en el colombiano, pero si sabia que significaba.



Colombia sentía muy pesado su cuerpo, tenía frío el aire a su alrededor era muy frío y sentía un molesto y excesivo olor a limpio y a medicamentos, se escuchaba pasos y voces amortiguadas, lejanas; trato de abrir sus ojos, pero parecían pesar una tonelada, con lo poco que pudo abrirlos logro ver un techo blanco y pálidas luces a su alrededor, creyó ver una mano frente a su rostro pero era tan borrosa que no estaba seguro. Decidió que era mucho esfuerzo tratar de estar consiente así que simplemente dejo su parpados caer de nuevo y como si de una puerta se tratara todo a su alrededor volvió a quedar en silencio, se desvaneció.



El colombiano no estaba seguro de cuanto tiempo había pasado pero se sentía un poco mejor, su cuerpo aun pesaba y el aire a su alrededor aun era frío pero ya no pesaba ni hacia tanto frío como antes, además a su alrededor solo escuchaba un ligero pitido y su propia respiración, trato de abrir su ojos de nuevo y aun que al principio no vio nada, tras un par de parpadeos su visión paso del negro absoluto a algo borroso y tras otros parpadeos de eso borroso a una visión algo destellada, era suficiente, ya podía ver a su alrededor.

Lo primero que vio fue un pulcro techo blanco con sencillas y pálidas luces circulares, con sus manos se impulso un poco para sentarse, estaba acostado en un angosta cama de sabanas azul claro. Aun se sentía bastante atontado, no comprendía donde y porque estaba ahí. Giro sus cabeza y entonces vio algo que lo sorprendió, era Rusia, estaba apoyado en la pared junto a la puerta, la luz de la habitación apenas lo iluminaba, tenia el rostro bajo y la mirada fija en su celular, la luz de este le iluminaba levemente el rostro pero aun así no pudo ver bien su expresión.

─Rusia...─  Su voz era más ronca y baja de lo usual, casi sintió que su garganta quemo cuando el sonido salió.

El ruso levanto su rostro y guardo el celular, el colombiano se asombro cuando vio las grandes sombras que se asomaban debajo de los ojos de Rusia, aun que a pesar de estas se veía igual de pulcro que siempre.

─ ¿Dónde estoy?─ Pregunto finalmente.

─En el hospital─ Respondió Rusia, no había sentimiento en sus palabras, aun que quizá si algo de cansancio. 

─¿Porque?

─ Te desmayaste mientras hablábamos, tuve que traerte hasta aquí.

─ ¿Y tu que haces aquí?─ Colombia sabia que sonaba grosero pero en verdad no entendía porque Rusia no lo había dejado ahí y se había ido.

─El médico dijo que no podías estar sin acompañante y ya que tus hermanos tienen tanto interés por acompañarte─ Una gran cantidad de sarcasmo impregnaba esa ultima frase─ Tuve que quedarme.

─Ahh... Claro...─ Dijo Colombia desviando la mirada hacia sus piernas, la explicación de Rusia dolió un poco, implicaba que sus hermanos no se preocupaban por él ni cuando estaba mal de salud... Que mierda de familia eran.

─México ya viene, iré a llamar al médico─ Rusia se separo de la pared y se dirigió hacia la puerta, listo para salir de la habitación.

─¡Rusia espera!─ él no se giro pero se detuvo justo en la puerta─ Gracias ─Dijo Colombia, la palabra salió llena de amabilidad.

Eran palabras sinceras, Rusia se había preocupado y lo había cuidado más que sus propios hermanos a pesar de los problemas que tenían entre ambos y de que eran prácticamente desconocidos.

─пожалуйста─ Colombia no entendió lo que dijo el ruso pero el tono en que lo dijo fue más amable que el que solía usar.

Rusia continuo su camino fuera de la habitación y cerro la puerta; mientras caminaba por los pasillos del hospital le fue imposible no sentir una pequeña punzada de culpa en el corazón, ¿Cómo podía haber sido tan hijo de puta de haber tratado al colombiano como si fuera un juguete? era una persona, una maldita persona real, con problemas, responsabilidades y sentimientos... justo como él. Bueno, ya no había nada que hacer, era lo que tenia que hacerse para salvaguardar sus intereses y los de sus aliados.

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Eso es todo por hoy, no se si notan la importancia de este capítulo, si alguien me dice porque este cap es TAN importante le voy a dar un adelanto del próximo cap. Quiero ver que tan buenos son para leer entre lineas ^-^ (si más de uno me lo dice la promoción aplica para las primeras tres personas)

Perdón la demora con este cap pero hay que trabajar para comer y esta joven tuvo demasiado trabajo y nada de inspiración la semana pasada.

Espero lo disfrutaran y recibo como siempre sus comentarios.

ATTE: little_lady_selene

PDTA: Si les interesa en Twitter aparezco con el mismo apodo que aquí y comparto mucha pendejada de CH.





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