Ya llevaba Bokuto una semana yendo cada día por Akaashi para dirigirse hacia la escuela, simplemente se transformó en una clase de costumbre de la nada para ambos dejarse llevar por la compañía del otro. Conversaciones vagas y tranquilas sucedían, nada del otro mundo tampoco.
Pero se torció un poco el asunto.
—Mi bro está lleno de fetiches, me da curiosidad —contaba como si nada, el rostro del algo más bajo sin inmutarse demasiado.
Pero le extrañó.
—Bokuto-san, no debería ser tema de conversación de nosotros eso —respondió con dejes de madurez, causando quejas por parte del capitán.
—¡Akaashi pero da igual! —se quejó, ya habiendo llegado y ahora sin Bokuto dejarlo en su sala, ya que el menor insistió en que le dejara ahí.
Durante la primera clase se sintió un poco abrumado, saber que Kuuro estaba andaba con fetiches raros le hizo sentir incómodo. No necesitaba saber eso, pero no tenía idea de que a Bokuto también.
"Akaashi con falda"
Ese pensamiento predominaba en el capitán, que no se sabía pero estaba lleno de deseo sexual. ¿Y por qué no? Era un adolescente activo y lleno de energía, normal que también haya pensamientos llenos de lujuria dentro de su cabeza, aunque su rostro de ingenuidad no abale a eso.
La hora de almuerzo llegó, yendo afuera a comer el chico poco expresivo, encontrándose con Bokuto afuera. No quedaba de otra lo acompañaría.
—¿Tú no tienes fetiches? —preguntó sin ninguna clase de vergüenza, había terminado de comer sus almuerzos el más alto, pero Akaashi no.
La situación era sencilla, ambos en la azotea de la escuela, comiendo tranquilamente aislados de todos, teniendo conversaciones vagas hasta que esa pregunta tomó tan por sorpresa a Akaashi.
—... N-no debería preguntar esas cosas, Bokuto-san —intentó que su voz no temblara, pero no, apareció ese ligero tartamudeo en el principio de la oración.
—¿Por qué no?
—No son cosas que se hablan tan al aire.
—¿Por qué no? —insistió.
—Es algo privado... Debería saberlo, Bokut...
Y no alcanzó siquiera a terminar la frase, siendo cortado por la voz contraría en lo que había mantenido su cabeza algo gacha por la vergüenza que le invadió hablar de sus gustos sexuales de forma tan deliberada. No sabía qué decir, no quería subir la mirada tampoco, pero tuvo que hacerlo al escuchar la oración contraria.
—Quiero hacerte mío, Akaashi.
Ahí se encontró con la mirada dominante de esos ojos ambar, de pronto la respiración propia de el setter se alentó, entreabriendo los labios para poder pasar con más facilidad el aire a sus pulmones. A sus mejillas subieron los colores cálidos, sin saber como tomarse esa clase de palabras.
O más bien, sabiendo perfectamente cómo.
—No sabes lo que...
—Lo sé —y la distancia la acortó.
Ambos estaban sentados frente al otro, en una esquina y Akaashi apoyado en la reja que tenía por los bordes toda la azotea. Tuvo que dejar su comida a un lado, alejándose un poco de él, su espalda topándose con la reja de allí.
—¿No me vas a mirar Akaashi? —preguntó Bokuto, pareciendo tener una faceta completamente diferente al usual.
El mencionado estaba que se moría de los nervios que invadieron su cuerpo, relamió un poco sus labios para hablar, eso sin pasar para nada desapercibido por Bokuto, acercándose cada vez más, absorto de esos compañeros de escuela que comían en su mundo, sin percatarse de esa escena que montaban ambos.
—Sé que me miras mientras me desvisto —contraatacó el de cabellos negros, dándole una afilada mirada aunque sus mejillas estén ligeramente rosadas.
Bokuto se enrojeció ligeramente, sin detener su acercamiento, arrodillado frente a Akaashi, encerrándolo más al ubicar sus manos a cada lado de él, metiendo sus dedos entre los alambres de la reja que tenía, sosteniendo bien allí.
El menor de ambos logró bajar sus nervios para poder manejar mejor la situación, notando como los labios se Koutaro se presionaban entre si en señal de nerviosismo, eso incitándolo a más.
Tomó su corbata, acercándolo más a su rostro.
—Se quedó callado de repente, Bokuto-san —susurró.
Mientras Bokuto seguía intentando digerir como podía ser tan sexy el de cabellos negros.
No alcanzó a responder, el timbre sonando y cortando su hora de almuerzo.
----
—¿Me estás diciendo que te dijo eso? —pregunto sin ninguna clase de disimulo o voz baja, Oikawa estando en el cuarto de Akaashi conversando, últimamente habiendo compartido mucho ambos—, ¡A Iwa-chan le llego a decir eso y me golpea! —chilló, ocasionando un suspiro algo cansado de parte de su amigo.
—No debí contarte, olvídalo.
—¡No no no! Continúa, ¡Es que nunca imagine eso! Se ve tan feliz que ni idea que tenía esa faceta.
—Yo tampoco, por eso me tomó por sorpresa pero... —murmuró, tomando asiento en su cama, Oikawa estando de lo más bien allí también, observando con curiosidad eso.
Espero un poco más, dando un suspiro para terminar por decir:
—Puedo jugar un poco más con él, ¿No?
=============================
eJOOOOOOOOOOOOO ya terminé, wn, me imaginé la escena y no c xk me imagino al Akaashi como una zorra qla asi no c ayuda SXKJDNAFKJSDF onda como que se hace el coqueto pero no le da la pasa al Bokuto ql XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDPD1: imaginense al Oikawa como la amiga que te va a contar chismes y que es cawinera JKSNDKF
ESTÁS LEYENDO
||Memoria de tacto|| -BokuAka-
FanficEntre Bokuto y Akaashi existía una relación de amigos bastante tierna, tenían apoyo incondicional mutuo. Todo normal, como cualquier otra amistad, de no ser por un factor que empezaba cada vez a escaparse de las manos de cada uno... La tensión sexua...