Muchos pensarían que la amistad de Akaashi con Oikawa se formó en algún encuentro entre ambos equipos de sus escuelas o en relación al voley, en realidad Tooru siendo bastante sociable con la mayoría de gente, aunque seguía teniendo su genio claramente.
Se conocieron en una de las idas de Tooru hacia la ciudad de Akaashi, la cual tenia mayor cantidad de tiendas y variedad. ¿Y qué fue a comprar tan extraño sujeto a Tokyo?
—... ¿Oikawa-san? —preguntó con una ligera sorpresa al reconocer al setter, pues estaba con lentes viendo una tienda que era juguetes sexuales.
Si, muy normal todo.
Tampoco es que Akaashi haya estado mirando la tienda, simplemente pasó por fuera y lo vio. Para hacerlo sencillo, se acercó y corroboró si era Oikawa, este riendo y ambos terminando pasándose el número ante la insistencia del sujeto de cabellos cafés. Como no se esperaron, no fue nada incómodo, sin embargo, ninguno de los dos aclarando de donde se habían vuelto tan cercanos a quienes les preguntaban por su amistad.
Akaashi no compró nada tampoco, simplemente se quedó hablando un rato con él mientras ,le daba una mirada vaga a esas prendas y juguetes con distinta forma que se iba encontrando a medida que sus ojos recorrían más lugares. Le llamaron la atención, ni idea si para usarlos él u otra persona, pero le prendían curiosidad al chico con hermosos ojos claros.
¿Por qué recordar eso a mitad del entrenamiento? Ni idea.
Ahí estaba Keiji, mirando las piernas bien formadas de Bokuto a mitad de un partido de práctica, aprovechando que el capitán estaba hablando a través de la red con alguien sin relevancia. En realidad ahí concentrado solo podía ver lo atractivas que eran esas piernas.
—¿Akaashi? —le llamaron, reaccionando y volviendo al partido para dejar de pensar en como seria acariciar los fuertes muslos de Bokuto.
Para él eran un mundo, no solamente por el tamaño que tenían y lo bien formados que estaban, sino por esa media que cubría parte de ellos, viendo como le apretaban en cierta medida. Le daban ganas de ser la maldita tela que ahí por la mierda.
Acabó el partido de práctica, yendo a lavarse el rostro inmediatamente, queriendo despejar la imagen sudorosa de las piernas del capitán del equipo suyo. Es terrible sin dudar, tenerlo ahí, su sola figura recordándole las palabras que le dedicó Bokuto hace unos días.
"Quiero hacerte mío, Akaashi"
Tenía escalofríos al recordar el tono de voz en el que le fueron susurradas esas palabras, casi y le acariciaban cada una de las sílabas de esa oración que diciendo tan poco daba una idea tan clara de lo que quería el de cabellos bicolor.
Ahí iba de nuevo, cayendo ante la tentación.
—¿Akaashi? —preguntó en un tono de ingenuidad el que ingresaba recién a las duchas.
"Ah, perfecto"
Pensó con notorio sarcasmo Keiji, sentado en una de las bancas que estaban fuera de las duchas, algo pensativo. Le había incluso asustado esa presencia de la nada.
—¿Si, Bokuto-san? —preguntó, girándose a él para prestarle atención a las palabras que diría.
—Ah, nada pero...
—¿Si?
—¡Ya todos se fueron Akaashi! —gritó, causando extrañeza en él.
—... ¿Qué?
—¡Estamos ambos aquí solos! Me quedé calentando, ¿por qué sigues aquí? ¿Me esperabas? —preguntaba feliz, viéndose lo energético que estaba a pesar del sudor y que no tenía playera que le cubriera el torso.
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||Memoria de tacto|| -BokuAka-
FanfictionEntre Bokuto y Akaashi existía una relación de amigos bastante tierna, tenían apoyo incondicional mutuo. Todo normal, como cualquier otra amistad, de no ser por un factor que empezaba cada vez a escaparse de las manos de cada uno... La tensión sexua...