15

5K 528 239
                                    

No se escuchó respuesta alguna, a lo que el chico decidió abrir la puerta, encontrando la potente mirada de su jefe, el cual ya estaba en el coche apunto de darle arranque, Gustabo se largaria a llorar si este se iba y lo dejaba ahí sin respuesta alguna o señal de que si lo aprecia. (...)

Gustabo estaba llorando. (...)

En el momento que Gustabo abrió la puerta y se asomó a observar y su mirada se poso en la de Conway, como un imán cerca de otro se conectaron.
Gustabo se abrazó a si mismo esperando ver como Jack Conway le daba arranque a ese lujoso auto para irse de una vez y dejarlo ahí, con lágrimas en los ojos y con su pobre corazón roto.

Gustabo lloraba, no por la razón que todos creímos.
Los fuertes brazos de Jack Conway rodeaban el cuerpo de el rubio y esta al sentir aquel contacto con el mayor se hecho a llorar, como si fuera la cosa más frágil de el mundo.
Jack no era mucho de expresar sus sentimientos, pero en ese momento creía que solo el era capaz de sostener con cuidado el pobre cuerpo de Gustabo. El sueño se comenzó a apoderar de el menor, comenzó a cerrar los ojos, pues había pasado demasiado tiempo llorando, el cuerpo de Gustabo dejo de funcionar por el simple hecho de que el cansancio ganó, estaba dormido y lo único que lo tenía eran los brazos de Conway.

Jack se alertó al darse cuenta de que el chico mantenía sus ojos cerrados, pero su suave respiración le hizo entender que este se durmió igual que un niño pequeño luego de jugar por toda una tarde. Acomodo suavemente el cuerpo de Gustabo en sus brazos, no quería despertarlo, por esa razón lo llevó lo más delicadamente posible, busco su mirada alguna habitación, entonces la encontró, llevo a el rubio hasta ahí dejándolo sobre aquella cama, el corazón de cualquiera se hubiera derretido si vieran la forma en la que Jack arropó a Gustabo, con una mirada indescriptible.

⎯Perdón ⎯Susurro Jack mirando el dormido cuerpo de Gustabo.

El sabía el por que se disculpaba, por haberle causado daño a ese chico, el cuál se dio el tiempo de escucharle, de acompañarle y el cual estuvo ahí soportando su mal genio de todos los días, nunca fue obligado a estarlo, pero lo estuvo, igual que Julia.
Aquella mujer que estuvo con Jack sabiendo el peligro que corría, la cual lo apoyó en absolutamente todo, Julia era aquel fantasma de el cuál Jack no se podía separar, pues vagaba en su memoria día a día y ahora su pecho dolía, dolía por que su mujer estaba metida en su cabeza igual que una espina y por que Gustabo era quien revivia aquellos sentimientos que tuvo por Julia.
Dejó caer su cuerpo junto a el de Gustabo, cerrando de a poco sus ojos intentando calmar su respiración y apaciguar sus sentimientos junto a sus pensamientos. (...)

Se encontró con una dulce mirada, una mirada azul, igual que el océano.
Pestañeo repetidas veces acostumbrando sus ojos a la claridad de el lugar donde se encontraba y su mente dio un pequeño disparo de recuerdos, se había dormido junto a Gustabo, pero no se alteró ante aquello, sino que se quedo en la misma posición en la que estaba devolviendole la mirada a el chico.

Ambos estaban en silencio, pensaban que al hablar romperían aquel momento de paz, momento de cariño, Jack estaba dispuesto a callar toda su vida si podía quedarse ahí con Gustabo.
Nuevamente cerro sus ojos dejando escapar un suspiro.

Gustabo aún estaba nervioso, no sabía por que el Superintendente estaba ahí.

Así como el silencio les daba paz también podía crear malos entendidos, eso no es lo que querían que pasara, pero lastimosamente pasó.

⎯Puede irse, gracias por traerme a mi habitación. ⎯Los ojos de Jack se abrieron mirando a Gustabo luego de hablar.

Silenciosamente se levantó de la cama comenzando a caminar a la salida. Justo cuando debía hablar se quedo en silencio, nada típico de Jack Conway.

Mañana se verían en el trabajo.(...)

𝐺𝑖𝑙𝑖𝑝𝑜𝑙𝑙𝑎𝑠 - 𝐼𝑛𝑡𝑒𝑛𝑎𝑏𝑜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora