- Sabela, estás despedida - le espetó por teléfono, nada más salir de la sede de Vogue.
- ¿Y tú borracha o qué te pasa?
- ¿Yo qué te dije? Que me dijeras quién hacía las fotos.
- ¿Y yo qué te dije? Que te reencontraras con tu profesionalidad - le respondió su mánager en el mismo tono.
- La que decide soy yo, Sab. ¿Tú lo sabías?
- ¿Que las fotos las hacía Alba?
- Sí. ¿Lo sabías?
- Me lo dijo Noemí, sí.
- ¿Entonces? - se indignó la modelo.
- ¿A que estaba genial el showroom? – cambió de tema Sabela.
- Me iba como anillo al dedo pero esa fotógrafa… - refunfuñó.
- Te hace las fotos la mujer de la que más se habla en la industria, una genia de la fotografía que te retrata como nadie y encima te quejas.
- Alba y yo no podemos trabajar juntas.
- Pues a mí Noemí me dijo que Alba estaba encantada de trabajar contigo.
- Bueno, pues para ella sus estrategias serán su pan de cada día pero yo no puedo currar así.
- ¿Así cómo?
- Expuesta, vulnerable, desnuda. Así es como me quiere.
- ¿Honesta, dices?
- Sab, no quiero trabajar más con ella y punto. A la próxima encerrona dejas de ser mi representante.
- Y tú mi representada, listilla. Encerrona, dice - bufó-. Quién en su sano juicio vetaría a la Reche, que te ha catapultado al éxito y no le has dado ni las gracias, sino todo lo contrario... Eres una descerebrada, amoriño.
- Hasta luego, Sabela - le colgó, no quería escucharlo.
Natalia se pasó por el estudio de María en busca de una opinión amiga y un poco de tinta fresca.
- ¿Tienes hueco? - pidió, asomándose al cubículo que era su lugar de trabajo, donde María terminaba de tapar con film un león en el brazo de un cliente.
- Para ti siempre, si me traes un café en lo que recojo esto, te doy una horita de mi tiempo.
- Perfecto.
Mientras la rubia agujereaba con precisión la piel de la modelo, esta le contaba con pelos y señales todo lo sucedido.
- Vamos, que te ha servido para confirmar que todo era parte de su manera de trabajar y que la única que cayó en el juego fuiste tú.
- Básicamente. Es que no sé si pensar que me vaciló o que simplemente trabaja así. ¿Es que no se dio cuenta que me tenía allí a punto de derretirme? ¿Se dio cuenta y fingió seguirme el juego para obtener la puta foto que quería?
- Igual hizo uso de toda su fuerza de voluntad para dejarte ahí plantada. No creo que sea de piedra la chica y tú estás buenísima, Wonka.
- ¿Y elige volver a trabajar conmigo como si nada? No sé, a mí me temblaban las piernas cuando la he visto y ¿ella? Más fresca que una lechuga. Allí dando órdenes y tratando de provocarme con sus miraditas. Es odiosa.
- Bueno, a ver, una cosa es que estés picada porque te rechazó o lo que sea y otra lo de hacerle la cruz. Ahí Sabeliña tiene razón, Nat.
- No sabes lo que es sentirte totalmente expuesta delante de alguien y confirmar que ese alguien simplemente lo toma como parte de su trabajo. Que te desnude emocionalmente sin conocerte de nada y te haga sentir que tienes las riendas cuando en realidad no las ha cedido ni un momento.

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desnudArte | Albalia
FanfictionNatalia Lacunza es la modelo perfecta. Alba Reche es una fotógrafa peculiar experta en desnudar a las modelos perfectas a través de su cámara. ¿Lo conseguirá con ella?