“¿Nos vemos mañana al final, Albi?”
“A las once en esta ubicación”
“¿Es un parque?”
“Tú limítate a venir y no hagas preguntas"
“¿Seguro que no quieres quedar en mi casa?”
“Podemos acabar en tu casa, si quieres"
“Querré"
- ¿Qué hacemos aquí? – preguntó Natalia, mirando a su alrededor, desierto.- Hemos venido a jugar.
Alba sacó una pelota de baloncesto de la bolsa que llevaba y señaló la pista con la cabeza.
- No entiendo nada, Albi.
La rubia le lanzó el esférico naranja, que la modelo cazó con cierta torpeza.
- Tú juegas y yo te hago fotos – le enseñó la funda de la cámara.
- ¿Es una sesión de A Oscuras? – alzó las cejas la morena.
- Algo así.
- Pero es al aire libre y no…
Alba se acercó para callarla con un beso.
- No me va mucho seguir las reglas del juego y soy bastante imprevisible, por si no lo sabías.
- Eso es verdad, no sé de qué me sorprendo – hizo rodar la pelota en sus manos.
- A ver qué tal se te da – le guiñó un ojo la rubia.
- ¿Acaso has deducido que, por ser alta, se me da bien jugar a esto? – botó un par de veces, demostrando lo contrario.
- Puede ser. Ya veo que no, pensaba que tendrías una mayor habilidad, sinceramente – vaciló, haciendo las primeras fotos.
- Yo mis habilidades con las manos las reservo para cosas más útiles, ¿sabes?
Alba se relamió ante su cara de chulita, pero luego se puso seria.
- ¿Vas a probar tu puntería o no? – miró la canasta y a la morena alternativamente.
- Depende. ¿Hay premio? – le puso voz sugerente Natalia.
- Qué interesada… Sí que hay premio. Un beso por canasta… y un orgasmo por cada triple – ofreció, tras pensárselo unos segundos.
- Me gusta – aceptó.
Natalia lo intentó una y otra vez, de cerca y de lejos, haciendo gala de la peor puntería imaginable.
- Pero deja de reírte, que me desconcentras, Albi.
- Si tú también te estás descojonando de lo mala que eres – se justificó, sin dejar de hacer fotos.
- Shhhh, esta es la buena. Concentración.
Desde bien cerca, la modelo consiguió su primera canasta, que celebró como si fuera un enorme logro. Alba retrató su felicidad y luego se dispuso a premiarla.
- Un beso bien largo y con lengua, que me ha costado mucho conseguirlo – pidió la modelo, con un pucherito.
- Ven aquí, bonita – tiró de su polo de rayas para pegarse a su boca y besarla con ganas.
- Ahora vengo a por otro, ¿eh? No relajes los morritos.
- A ver si es verdad.
La suerte pareció empezar a sonreírle a la modelo, que se ganó un puñado de besos más.

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desnudArte | Albalia
Fiksi PenggemarNatalia Lacunza es la modelo perfecta. Alba Reche es una fotógrafa peculiar experta en desnudar a las modelos perfectas a través de su cámara. ¿Lo conseguirá con ella?