Aventuras de un gato [Banana Fish] [AshEiji]

• Capítulo 18 •

¡Buenas! Al fin se les cumplió la actualización 🔥 lamentó la espera, me ha costado un poquito escribir el capítulo ya que he estado ocupada, pero al fin pude terminarlo.

Prepárense, muchas cosas están por ocurrir, y también disfruten.

Ash sabía que las leyendas siempre existen por algún motivo, dejan enseñanza para aquellos que no tienen idea de algo en específico. No obstante, seguía creyendo que era ridícula la sola posibilidad de volverse humano, no era posible por mucho que lo deseará con todo el corazón.

Llegó a la conclusión de pedirle un deseo aquellos diosas que Eiji suele nombrar de su ciudad natal. Pero obviamente era ridículo.

Ningún dios cumplirá su deseo.

Nunca será escuchado por nadie, nunca podrá estar junto a Eiji siendo humano.

O al menos eso creyó.

Hasta qué, noto algo raro en Blanca desde que se encargó de cuidarlos.

La situación era así, Eiji se iba a las clases de la Universidad por la tarde, mientras eran cuidados por Blanca hasta antes del anochecer por qué para ese entonces, Eiji ya estaba llegando al departamento, todo hasta ahí iba perfecto.

¿Por qué? Pues fácil, simplemente lo ignoraba cada vez que le hablaba o tentaba a tocarle. Nunca se lo permitió, no a él. Aún así, el hombre cumplía con darle su comida y agua al igual que a Buddy.

Lo raro era su modo de verle cada segundo. Iba a la cocina lo veía fijamente, iba al cuarto de Eiji también lo veía, estaba en su caja lo veía. Y eso, le estaba empezando a irritar demasiado.

'¿Qué sigue? ¿Qué me siga con la mirada mientras hago mis necesidades?' gruño en molestia.

—Tampoco llegaré a ese extremo, gatito.

El felino dio un saltó del susto, al escuchar la voz del hombre tan repentinamente.

'¿Qué mierda? Tú..' le miró con sospecha. '¿Puedes entenderme?'

Blanca sonrió despreocupado, como si hablar con un gato fuera lo más normal del mundo.

—Sí, te entiendo perfectamente, Ash.

Ash le miró con horror, no era normal que un simple humano le entendiera, era demasiado extraño, tanto que sentía escalofríos.

'¿Qué demonios eres? ¿Y qué quieres exactamente?' preguntó algo brusco.

Este se encogió de hombros, tomando asiento en el sofá de la sala.

—Me enviaron a vigilar a cierto gato que está enamorado de su dueño, creó que sabes muy bien de qué habló, Ash.

El felino contuvo la respiración por un segundo. Era su fin, no podrá estar más con Eiji.

'¿Quién te envió?' preguntó sin rodeos.