5. 'Irreal'.

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Arabella despertaba sumamente incómoda debido a la posición en la que estaba, su mirada se centro en el techo mientras frotaba sus ojos. Su cabeza giro para ver al chico rubio durmiendo profundamente.

Lamentó que no hubiese sido un sueño. Lentamente se incorporó en la cama para no despertar a aquel hombre, salió por la puerta dirigiéndose hacía la sala de estar.

La chica se dejo caer sobre el sofá, esta vez estaba bastante jodida llevo sus manos a su cara bruscamente frotándola con sus dedos, buscando la forma de despertar de aquella pesadilla.

Todo le resultaba irreal, miro sus manos, sintiéndose desconectada de ella misma, tenía un cuerpo y una mente funcionando como una sola, pero esta vez con su llegada sentía que eso se dividiría y provocaría un gran caos. El chico le ponía los pelos de punta.

Tenía durmiendo a un asesino serial en su habitación. Por su mente paso la idea de llamar a la policía y entregarlo, pero no, sería demasiado estúpido de su parte. Él chico era astuto, por ende la descubriría de inmediato, además ya le había advertido del riesgo que correría si lo hacía.

Un suspiro resignado escapó de sus labios mientras caminaba hacía la cocina.

Abrió el estante sacando un bowl junto a una caja de cereal, al menos era fin de semana y no tenía que ir a la universidad.

Su mano se acercó al refrigerador para sacar la leche.

— ¿Despierta tan temprano? — Sintió esa voz atrás de ella provocando que la chica se asustara.

Nuevamente volvió a suspirar.

— Ya van a ser las once de la mañana. — Respondió mientras se dirigía hacia la mesa a comer.

Estaba cabreada, totalmente cabreada y enojada con ella misma por no entender sus propias emociones.

El chico se acercó hasta ella, tomó la silla que estaba en la mesa y se situó ahí observándola comer. Arabella no podía evitar sentirse incómoda ante su penetrante mirada. Ambos se quedaron en silencio, ninguno sabía que decir.

El chico se levantó de la silla mientras volvía a la habitación, en aquel momento el móvil de Arabella sonó, indicandole que tenía un mensaje.

Observó la pantalla y vió el nombre de Travis reflejado en ella.

¡Hola Arabella! ¿Nos veremos hoy?

La chica no contestó, no lo haría con Eric a unos pocos metros de ella. A los segundos después el rubio salió con su cuchillo en la mano.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo.

— ¿Qué harás con eso? — Preguntó tratando de sonar desinteresada.

— Nada por el momento. —Contestó con simpleza dejándolo sobre la mesa.

La chica terminó su leche con cereal dejando el bowl de lado mientras lo miraba. Cuando nuevamente el móvil sonó.

Eric volteó rapidamente a a mirar la pantalla, y vió el nombre del chico, en un rápido movimiento lo sacó de la mesa tomandolo entre sus manos.

— ¡Oye dame eso! — Protesto la chica levantadose de la silla.

Cuando Eric leyó los mensajes se enojó bastante, y en su cara se vio reflejado.

— ¿¡Quién es este Travis y por qué te esta diciendo si se ven hoy!? — Preguntó con indignación.

— Es un amigo.

— Claaaaro. — Respondió el chico — Un amigo, como sea, no irás. — Comenzó a escribir rápidamente mientras que Arabella aún trataba de arrebatarle el móvil — Hola Travis, no no quiero verte me caes mal y te odio. — Habló agudizando la voz. — ¡Tú te quedas conmigo!

— ¡Estás loco! — Arabella frustrada golpeó fuertemente el piso con su pie. Quería gritarle miles de insolencias a Eric, pero sabía que serían en vano, ahora el chico probablemente había arruinado su amistad con Travis.

Aquel joven de ojos verdes la terminaría enloqueciendo.

Pero de pronto se acordó de que ni siquiera sabia su nombre. Mínimo si el se quedaba allí junto a ella tenía que saber como se llamaba.

— ¿Cómo te llamas?—Preguntó tratando de calmar su ira.

El la miro extrañado ante su cambió tan brusco.

— Eric.

— Yo soy Arabe...—

— Arabella Williams. — Terminó de finalizar rápidamente con una sonrisa en sus labios.

La chica se sorprendió.

— ¿Cómo es que lo sabes? — Preguntó

El chico soltó una pequeña risa mientras dirigía la mano a su bolsillo de la chaqueta en busca de algo.

— Eres muy descuidada, gatita — De su bolsillo sacó la credencial que a ella se le había extraviado hace unas semanas.

El la dejo sobre la mesa y ella la tomo en sus manos.

— Pensé que se me había volado mientras andaba en la moto — Aquellas palabras salieron de su boca sin pensarlo.

—Por cierto, te ves extremadamente sexy arriba de esa cosa. — El calló unos segundos — Pero más sexy te verías arriba mío — Contestó mientras que en sus labios se formaba una sonrisa.

Ella tragó en seco, de tan sólo pensarlo un rosa pálido se apoderaba de sus mejillas.

Él al verla sonrojada no pudo evitar pensar en lo adorable que se veía.

•••

Un mes había pasado desde que el chico se había colado en su departamento. Y estaba frustrado, demasiado frustrado. Un maldito mes y el ni siquiera un beso de la chica había conseguido.

Aunque una vez estuvo apunto.

Ambos estaban en la cocina del departamento en el que prácticamente el ahora vivía mientras preparaban una deliciosa pasta.

Arabella cocinaba horrible en cambio a Eric la comida le quedaba exquisita, haciendo que al menos la chica tuviera algún motivo para seguir teniéndolo en su departamento.

Con un filoso cuchillo cortaba unos cuantos pimientos para agregarlos a la olla que había a su lado.

Las cosas siempre eran así; Arabella lo ayudaba y Eric cocinaba.

Él mantenía la vista fija en la cara de ella, ese rubor que el tanto amaba estaba sobre sus pálidas mejillas y sus carnosos labios estaban ligeramente entre abiertos. En un rápido movimiento el la cogío de la cintura pegándola contra la mesa que había para cocinar.

Sacó las manos de la cintura de ella para afirmar las de la chica, verla en ese estado lo excitaba como nunca. Tan vulnerable.

Peligrosamente se acercó a sus labios, sintiendo su roce con los suyos.

Arabella no parecía resistirse ante eso, no puso ninguna objeción en el movimiento que el chico había dado. Pero aún así las palabras de Eric habían sido claras y firmes.

No te besaré hasta que tú me lo pidas.

Dicho lo último volvió a como estaban antes dejándola confundida y el resistiendo las ganas de no follarsela ahí mismo.

Un sentimiento de decepción llego a Arabella por no haberla besado. A pesar del mes que había pasado, aún seguía sintiendo al joven irreal ante una bizarra situación que se había involucrado.

KILLER P O R N  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora