10.'Juntos.'

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Una agotada Arabella caminaba por los pasillos del edificio en que el vivía, llegó hasta su puerta abriéndola. Lo único que deseaba en ese momento era dormir y descansar.

Cuando entró, no había nadie, y por uno momento creyó que Eric nuevamente se había marchado sin decir nada.

Pero rápidamente ese pensamiento se esfumó cuando escucho ruidos provenientes desde su habitación, descolgó la mochila de sus hombros y se dirigió hacía allá.

Lo primero que visualizó fue a Eric recostado sobre su cama, con un móvil entre sus manos y sus oídos tapados con audífonos. Movía su cabeza al ritmo de la música con los ojos cerrados, aún sin notar la presencia de Arabella.

Ella al verlo sonrió con dulzura. Tocó suavemente su hombro, cuando Eric la miró le dio una gran sonrisa, y alegremente se paro a abrir su mochila buscando lo que había comprado.

— ¿Qué es lo que haces? — Le preguntó ella confundida.

— Hoy he ido al centro comercial, y te compré un regalo.

Ella enarcó una ceja.

— ¿En serio? — Estaba algo sorprendida.

De la mochila extrajo una bonita bolsa color rosa pastel, uno de los colores favoritos de la chica. Arabella rápidamente pudo reconocer lo que era sólo por el diseño de la bolsa.

Eric le había comprado lencería.

— Cuando lo ví, fue imposible no acordame de tí, y no aguanté las ganas de comprarlo. — Dijo — Pero sobretodo...no aguanté las ganas de verte a tí con el puesto.

Ella lo tomó entre sus manos rasgando la bolsa, observo en su interior y se sonrojó. Apesar de ya haber estado juntos sexualmente, y en una situación bastante peculiar, no podía evitar sentirse ansiosa junto a el.

Empezó a sacar lentamente el traje que Eric le había obsequiado.

Consistía en una cortísima falda blanca, un sostén con forma de corazón en el escote, y unas medias color rosa.

Además de los accesorios, unas orejitas de gato y cola.

— No sabes cuanto anhelo verte con el. — En un rápido movimiento la recostó sobre la cama, inmovilizando sus manos por encima de su cabeza con las de el. — Entonces, gato azul ¿Te lo pondrás para mí?

Arabella soltó una carcajada — ¿Gato azul? — Preguntó riendo.

— Con ese seudónimo te conocí ¿recuerdas? — Contestó con una sonrisa.

A ella aún le costaba creer que ya había pasado un año desde la primera vez que lo vio sentado en uno de sus sofás.

Eric dejo caer el cuerpo de Arabella sobre la cama.

Sobre su mesita de noche estaba el cuchillo de Eric, el cual tomó dejando libre las manos de la joven.

— Has sido una buena chica, gatita. — Su voz salió cargada de excitación, después de todo, toda la tarde había estado pensando en la chica con la lencería puesta.

Aquel día Arabella sólo llevaba una blusa color blanca de botones y unos shorts a la cintura.

Pasando el filoso cuchillo por el abdomen de la chica, lo poso sobre el primer botón de la blusa, rompiéndolo, luego repitió aquella acción con los siguientes. Cuando llegó al último sus senos quedaron ante el, sólo cubiertos por un delgado sostén blanco.

Arabella sentía sus muslos húmedos, debido a sus propios fluidos provenientes de su vagina. El duro miembro del chico hacía presión contra su clítoris excitandola aún más.

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