Carlos se queda un momento dudando y mira a Andrea con detenimiento. Cree que no debería haber dejado que fuera allí, pues puede hacerse una idea equivocada de él. Y, de inmediato, se pregunta por qué le preocupa lo que ella piense y se da cuenta de que nunca antes le habría preocupado lo que una mujer pensara de él. Estaba acostumbrado a tratar con mujeres que entendían perfectamente el tipo de relaciones que se establecían en el Palace. Sin embargo, Andrea era diferente y sospechaba que posiblemente, no encajaría bien la información que iba a darle.
Pero tenía que contárselo. Quizás se sorprendiera de su reacción y estuviera dispuesta a entrar en ese círculo. Aunque algo le decía que no iba a ser así, del mismo modo que intuía que Andrea iba a mirarle con otros ojos a partir de ese momento. Intentaría ser lo más claro posible y confiaba en que no cambiara la buena relación que habían conseguido iniciar.
—No es un prostíbulo. Los hombres y mujeres que vienen al Palace no lo hacen para tener sexo a cambio de dinero. Vienen a conocerse —le explica Carlos.
—¿Un club de citas?
—Podríamos llamarlo así.
Andrea vuelve a mirar a su alrededor y la explicación que le ha dado Carlos no termina de convencerla. Le llama la atención que una chica tan joven y tan guapa se haya fijado justamente en un hombre tan mayor y tan poco agraciado. Del mismo modo que tampoco le cuadra que el chico tan joven y guapo que acaba de ver, esté coqueteando con una mujer que le dobla la edad y que, a pesar de su elegancia, no es ni mucho menos tan atractiva como el chico.
En su cabeza, tal vez llena de prejuicios, le pegaría más que la primera chica se hubiera fijado en el joven, y viceversa. Los emparejamientos que se habían hecho no le parecían lo más natural. Por eso, sigue preguntando.
—Puedes llamarme clásica, antigua o lo que quieras, pero lo que me parecería más normal es que esa rubia despampanante que acaba de pasar quisiera tener una cita con el guapo ese de la esquina. ¿Sabes por qué no es así?
—Porque no tendrán los mismos intereses. O mejor dicho, porque tienen los mismos intereses —Carlos se para un momento y, con disimulo, le hace un gesto con los ojos para que Andrea mire en la dirección que le indica—: Mira, ese hombre de allí gestiona una de las agencias de modelo más importantes de Europa. La chica con la que está hablando es una joven modelo australiana que quiere dar el salto al mercado europeo. Aquella mujer de la esquina es la asistente personal de uno de los productores de cine más reconocidos de Hollywood, y el chico con el que está hablando quiere dejar de hacer papeles secundarios en películas de cine independiente. ¿Lo entiendes ahora?
—Perfectamente —responde Andrea enarcando una ceja—: No tienen sexo por dinero, sino por una carrera profesional.
—No se reduce todo al sexo. Se establecen relaciones de mayor o menor duración.
—Sí ya, está claro. Unos aprovechan su físico y otros aprovechan su dinero para conseguir lo que quiere el uno del otro.
—Yo no lo habría resumido mejor.
Y al cabo de unos segundos, Andrea se gira hacia Carlos y frunciendo ligeramente el ceño, le pregunta:
—¿Y tú perteneces a este club?
—Digamos que..., hay herencias a las que no puedes renunciar —responde Carlos, encogiéndose de hombros.
—¿Y a qué grupo perteneces tú? ¿Al de "cazatalentos" o al de"cazafortunas"? —sigue preguntando Andrea, entrecomillando cada palabra y levantando una ceja con gesto irónico.
—Yo no pertenezco a ninguno —contesta Carlos después de pensar unos instantes su respuesta.
Ella lo mira con cierto reparo. Después de la explicación que le ha dado Carlos sobre qué tipo de relaciones se establecen en ese lugar, sospecha que será uno de los hombres más cotizados del lugar. En primer lugar, porque es muy atractivo, y en segundo, porque piensa que debe tener una posición económica bastante desahogada. No sabe exactamente si es un hombre influyente, que también puede despertar el interés en mujeres que estén buscando una oportunidad de éxito, pero tiene muy claro que no tendrá ninguna dificultad en conseguir relaciones, sean del tipo que sean.
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Seducción anónima
ChickLitAndrea recibe un mensaje de un desconocido, cargado de sensualidad. Su intención; hacerle sentir la pasión a través de sus palabras. Pero, lo que parece un simple y erótico juego al principio, va volviéndose cada vez más excitante, adictivo y emoci...