Epílogo

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Las obras de las oficinas se terminaron. Ahora, el despacho de dirección está compartido con el de adjunto a dirección, aunque en la entrada, Carlos ha pedido un cartel en el que ponga "Pasen y piensen", sin más.

La revista estaba creciendo a pasos agigantados. No se había despedido a nadie, se habían ajustados algunos departamentos y se incorporaron nuevos compañeros. La nueva línea editorial estaba teniendo mucho éxito y todos se sentían parte integrante de un proyecto en el que todos creían, para lo que daban lo mejor de cada uno.

Después de la Feria de Letras de amor, Óscar empezó a demostrar el cambio que él mismo manifestó haber experimentado durante ese evento. Le costó un poco convencer a Marta de que tenía la intención de enamorarla, mostrarle que lo que sentía por ella era real y que quería pasar el resto de su vida a su lado.  Pero Marta descubrió una faceta de Óscar que le encantó y que le llevó a enamorarse de él, poco a poco. 

Pol inició su carrera en Hollywood con muy buen pie. La primera película que protagonizó fue todo un éxito de taquilla. A los dos contratos que tenía firmados, llegaron muchos más y se convirtió en una gran estrella de cine a los pocos años. Vive en una impresionante mansión en Los Ángeles. Sigue llamando y escribiendo a Andrea de vez en cuando. Al principio, lo hacía para intentar provocarle celos y mostrarle todo lo que se estaba perdiendo, pues pensaba que nadie podía  resistirse a sus encantos, su fama y su dinero. Estaba saboreando la fama y veía como las mujeres caían rendidas a sus pies, sin tener que hacer nada. ¿Por qué Andrea iba a ser menos? 

La respuesta la tuvo que descubrir por él mismo; porque Andrea era más, mucho más. 

Al tiempo dejó de intentar engatusarla y finalmente desistió conquistarla, aunque se creó una bonita amistad entre ambos que mantuvieron a flote desde la distancia. Cuando Andrea aceptó ir a visitarle a Los Ángeles, fue acompañada de Carlos, y  a Pol no le quedó más remedio que aceptarlo como la pareja de su buena amiga. Con el tiempo, llegó a cogerle cariño.

Los padres de Carlos siguieron con sus negocios. Finalmente, el acuerdo con la empresa de Sofi llegó a buen puerto, aunque ella se negó cuando descubrió que Carlos pasaba de ella. Pero la propuesta que le hacían los señores Mainat era realmente buena, por lo que tuvo que intervenir la madre de Sofía para que su hija no cometiera un error, tomando una decisión por rencor y despecho. Al entrar su madre en acción, el padre de Carlos pudo ejercer los encantos que todavía conservaba para convencerla. Su mujer también tuvo que intervenir, sin imaginar que tendría que participar en un trío amoroso en el que participaba también su marido. 

Sofía quedó relegada del puesto que había adquirido, le quitaron las acciones que tenía y siguió disfrutando de los beneficios de la que volvió a ser la empresa familiar. Le cogió afición a lo enviar mensajes subidos de tono desde número oculto. Eso le proporcionó algunos momentos placenteros, aunque también tuvo que defenderse de una denuncia por acoso, que casi la lleva a la cárcel y por la que tuvo que pagar una cuantiosa indemnización.

Claudia Müller acabó instalada en Bruselas, pensando que iba a compartir puesto de trabajo con Carlos.  Se había hecho a la idea de que le acabaría conquistando, se establecerían en aquella ciudad y formarían una familia. Pero el puesto que había aceptado, le había demostrado que ese no era su propósito real. Lo de Carlos había sido un capricho que posiblemente habría acabado pronto. Se pasó varios años viajando por todo el mundo, lo que le proporcionó mucha experiencia y muchos ingresos. Y consiguió ser feliz con esa elección. Todavía se acordaba de Carlos, pero rápidamente lo apartaba de su pensamiento porque le molestaba imaginarlo del brazo de "Adriana".

Carlos y Andrea comenzaron a vivir su primer amor con la intensidad que merecían. Cuando tenían que pasar algún tiempo separados, Carlos utilizaba su número oculto para practicar el juego de la seducción anónima, lo que avivaba todavía más el deseo de estar juntos. En la oficina empezaron a llamarlos "los Andros" (por la mezcla del nombre de Andrea y Carlos). Al final fue Carmen quien ganó la apuesta sobre la fecha en la que empezaron su relación.

Ahora habían empezado las apuestas sobre la fecha en la que les invitarían a la boda. Pero eso, quizás, lo cuente en una segunda parte de "Seducción Anónima". 

Espero que hayáis disfrutado de la historia y también vuestros comentarios sobre si queréis una continuación. Aunque ya os adelanto que he empezado los primeros pasos de una nueva historia, de la que pronto os podré decir algo más.

De momento, me gustaría también que me dijerais de cuál de las historias que he publicado os gustaría tener una versión para televisión 😉.

¡Gracias por seguir al otro lado!

Cavaliere




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