Con pereza, el mayor despertó, estirando su cuerpo y quejándose por la incomodidad de sus músculos.
Bostezó, y posó su mirada en el de la cabellera rubia que lo miraba mientras hacía círculos imaginarios en su pecho.– Hey...
Gustabo le sonrió.
– ¿Me quedé dormido?
– Caíste noqueado apenas tocaste la cama, fue impresionante.
El pelinegro rió levemente levantándose y sentándose en la cama, Gustabo le imitó sentándose de rodillas para luego estirarse a buscar su camisa. Por lo tanto dejando su culo en alto.
Un pequeño chillido salió, cuando la mano de Conway impactó contra su trasero, recogió su camisa y le miró con una ceja alzada.
– if you gave me a chance, i would take it – Cantó moviendo su cabeza con una sonrisa.
Los dos se levantaron y vistieron adecuadamente, caminaron a la cocina donde Conway empezó a preparar la cena.
Había llegado de un operativo montado por el CNI, al no ser uno muy complejo, tanto como Horacio y Gustabo no tuvieron que asistir, así que tenían el día libre; quedó totalmente cansado al lidiar con gilipollas que no paraban de tocarle los cojones. Así que se durmió de inmediato sin quererlo.
Luego de comer, se quedaron charlando de cosas monótonas y sin sentido, dándose pequeñas caricias con sus piernas, o rozando sus dedos por encima de la mesa.
Gustabo comenzó una pequeña lucha de pulgares que terminó el mayor, siendo el ganador.– ¡Bah! Eso es trampa. – Se quejó dejando caer su cuerpo en la silla.
– No lo sé, solo que eres muy malo – Dijo en un tono burlesco. – Además, el tramposo es otro que intentaba distraerme con su pie en mi entrepierna.
Gustabo rió socarronamente, y alzó sus cejas insinuando su acto pervertido.
– Pues, al fina no funcionó, pero si que te gustó.
Los dos se rieron para después levantarse y recoger los platos sucios, dejándolos en el fregadero con la excusa de que luego los iban a lavar.
Decidieron darse un baño para quitarse el sudor de encima, así que se metieron en la ducha dejando que el agua tibia cayera por sus cuerpos.– Mhm, a pasado un tiempo desde la última vez.
– ¿Sí? – El rubio acercó su cuerpo al de Conway mirándole con diversión.
El mayor soltó un suspiro, cerrando sus ojos disfrutando de las caricias que Gustabo le proporcionaba en su torso.
– Estás muy tenso... – Sus dedos pasaron a los hombros del más alto sintiendo lo rígido en cada caricia.
Solo recibió otro suspiro como respuesta, así que aprovechó para darle un pequeño masaje.
Unos minutos después terminaron de limpiarse, y ahora se encontraban saliendo de la ducha para buscar ropa cómoda.Gustabo terminó de colocarse su pijama, que consistía en un pantalón azul de algodón corto y una camisa blanca de manga corta. Se giró observando la espalda desnuda y llena de pequeñas cicatrices de su novio, mordió su labio pensando en lo malditamente sensual que se veía.
Con pasos lentos caminó hacia el, pasando sus pálidos brazos por la cintura contraria, abrazándole por detrás. Conway relajó su cuerpo y se giró encarando al menor.
Sus ojos conectaron y se quedaron en silencio mirándose por algunos largos segundos, con impaciencia, Gustabo se abrazó a su cuello y lo atrajo hacía el en un beso algo desesperado pero tierno.Sus orejas eran acariciadas por el menor, mientras que el se dedicaba a hacer lo mismo pero en su cintura.
Caminaron de manera torpe hacia la cama sin separarse, donde Gustabo aprovechó para tomar el control de la situación, se sentó encima de su estómago y volvió a besarle utilizando su lengua para explorar dentro del mayor.Un suspiro de satisfacción fue ahogado por la boca contraria cuando Conway succionó su lengua, continuaron besándose cambiando de vez en cuando la velocidad e intensidad, mientras rozaban partes que los dos sabían que les gustaban.
Un pequeño "pop" sonó al separar sus bocas, de las cuales salían algunos jadeos; con descaro, Gustabo levantó su camisa sin quitarla para luego alzar sus caderas y pegar su pecho con el del mayor.
Como consecuencia, sus sensibles pezones rozaron los contrarios haciendo que gimiera, aprovechando esto comenzó un vaivén lento de roces. Conway solo se dedicaba a observar las distintas expresiones de satisfacción en la cara de su pareja, se estaba excitando de solo pensar en el rubio estando amarrado, con esas muecas y siendo estimulado por todos los lados de su cuerpo, suplicándole que lo folle y le haga gritar.Su pene dio un tirón gracias a sus pensamientos, así que tomó el trasero del rubio estampandolo contra su erección.
– Mhm.. Mierda. – Suspiró sintiendo su pene temblar. Estaba muy excitado, y el rostro del rubio no le ayudaba.
Gustabo gimió en el oído contrario, y siguió rozando sus pezones, le gustaba esa sensación siendo tan sensible en esa parte.
Su cuerpo se estremeció cuando sintió la lengua de Conway pasar desde su cuello hasta el lóbulo de su oreja la cuál succionó al final, su vientre se contrajo recordando lo que había pasado el día anterior con los dulces y liquidados en su cuerpo. Sentir la lengua del mayor pasar por todo su cuerpo lamiendo los restos de comida realmente le había gustado, era como si lo fuera comer.
Se reincorporó sentándose derecho, sus pantalones fueron sacados de forma rápida y el pene del mayor también había entrado en su interior tomándolo desprevenido. Gimió fuertemente, el mayor estaba siendo muy rudo y gracias a ello, por alguna razón se sentía más caliente de lo normal .
Con desesperación volvió a subir su camiseta y la agarró con sus dientes para evitar que cayera, tocando y pellizcando sus pezones con rapidez, sintiendo como su próstata era golpeada constantemente, y las manos del mayor apretar su cintura con con fuerza.
– Jack... Mier- ¡Amo!
Su cuerpo se retorcía cada vez que la punta de sus dedos golpeaba sus pezones con insistencia, además de sentir el miembro del mayor llenando su interior.
Por alguna extraña razón, los dos estaban excesivamente cachondos, por un lado Gustabo maltratando tan fuerte como podía sus pequeños botones ya rojos y su pene de igual forma, y por otro Conway dando poderosas embestidas en la próstata del rubio, mientras imaginaba que sus manos que se encontraban apretando las caderas contrarias, era realmente el cuello del menor, asfixiandolo.
Gustabo pellizcó su pezón izquierdo y gimiendo algo agudo se dejó llevar por el placer llegando a un increíble orgasmo, el mayor sintiendo su pene ser apretado por las paredes anales del rubio también llegó a su clímax soltando un fuerte gruñido y dando una fuerte embestida por última vez.
"Quería ahorcarlo... Mierda Conway, querías hacerlo y eso realmente te gustó"– Pensó el pelinegro, viendo las marcas de sus dedos en los costados de Gustabo.
ESTÁS LEYENDO
Obedeceme. | Intendenteplay
Fanfiction➹Secuela de "Fin de Semana" 「Luego de que una relación surgiera de los fetiches de Gustabo, tiene que sufrir las consecuencias de tener un novio demasiado rudo y bueno en el sexo.」 - Amo... - Cierra la boca, y obdeceme sin rechistar. Como siempre...