Capítulo 7

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El bello coro de ángeles resonaba en su cabeza transmitiéndole una paz tan grande que sintió su corazón liviano, recordaba los días que tocaba el arpa y deleitaba al resto de ángeles en el enorme cielo.

"Santo, santo, santo" las mismas palabras de alabanza eran repetidas una y otra vez, pero aún así es toda una gran armonía que te hacía flotar.

Pero las campanas empezaron a escucharse, cada vez más fuertes, indicando que un ángel abandonaría el cielo, ya sea por codicia, egoísmo, atrevimiento, o...

"Amar a alguien está prohibido, tu único propósito como Querubín es alabar a Dios".

YangYang era un Querubín con un solo propósito en su vida, amar no era una de esas.

"El demonio manchará tu alma y apagará tu luz, la manzana que Eva comió no debe ser probada. No debes caer en la tentación".

Tentación.

Eva tenía millones de cosas por probar pero la única condición era que no probara aquella manzana, pero ante sus ojos esa fruta se veía más apetitosa que cualquier otro alimento.

YangYang tenía millones de cosas por probar pero amar a alguien no es una de esas, sin embargo, aquel demonio le estaba tentando tanto que parecía ser una misión imposible.

Un Serafín se acercó hasta él, dos alas cubrían su cabeza, dos alas cubrían sus piernas y con las últimas dos restantes podía desplazarse.

"— Es hora de volver al cielo".

Aquel ser extendió su mano y el rubio estuvo a la nada de aceptarla, sino fuera porque un dolor agudo en su ala lo hizo despertar y tanto los sonidos como el serafín se fueron.

— ¡AH!

Con angustia se levantó de su lugar y pudo ver al demonio con sus manos llenas de sangre.

  — ¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Qué le haces a mis pobres alas?!

Sus ojos observaron todo el lugar, estaban en un sitio algo oscuro, como una especie de cuarto abandonado... O quizás destruido.

— ¿Puedes calmarte? Trato de curar tus heridas.

— ¿Por qué el rey del infierno querría curar las heridas de un ángel?

Kun Hang solo ignoró la voz dulce del ángel y siguió con su trabajo, por primera vez sentía que podía acercarse a alguien sin sentir asco...

YangYang no lo sabía, pero él desde el momento en que actuó con arrogancia frente a Wong pudo haber muerto. Eso era un ángel con suerte, no morir en manos del gran Lucifer era una bendición del cielo sin ninguna duda.

Y ahora más que nunca Kun Hang pensaba que seguramente Dios se estaba riendo de su actitud tan patética al ver como ayudaba a uno de sus tantos siervos.

— Si mueves tanto tus alas puedes hacer que la herida se abra.

— ¿Por qué no utilizas tus poderes para curarme?

El peli negro se rió ante aquello, para ser un Querubín era muy tonto, al parecer alguien no prestó atención en las clases del cielo...

— Si un demonio cura a un humano a un ángel con magia, éste tendrá la marca del infierno y nunca más podrá volver a su antigua vida, su alma quedará manchada de oscuridad. Pasa lo mismo con la comida proveniente del inframundo...

Inframundo... Terrorífico.

El de ojos zafiro lo observaba atentamente, con eso tuvo más dudas que respuestas.

— Entonces, ¿Por qué no lo has hecho antes? Quiero decir, soy tu enemigo, ¿Por qué simplemente no me dejaste morir?

El silencio se hizo presente de nuevo, Kun Hang estaba muy concentrado en cerrar la herida del rubio.

— Aunque no lo creas... No deseo manchar tu alma pura, no he venido aquí por eso. Si no te dejé morir fue por pura compasión.

El demonio teniendo compasión, que patético.

Aunque para YangYang eso fue algo maravilloso, por un momento su corazón se sintió cálido y deseó abrazarlo aunque fuera por un breve segundo.

Claramente no iba a cometer tal acción, eso era un acto de traición y YangYang no bajó a la tierra para caer en las redes de un ser malvado.

Amaba el cielo, era cálido, los ángeles eran buenos, todos eran sabios y...

Y aunque no pudiera amar a nadie no le impedía divertirse al menos a su manera.

Pero las ganas de ser protegido por alguien empezaron a crecer, su corazón estaba pidiendo algo más de aquel ser despiadado.

Quería más, se sentía listo para dar un paso adelante, para confesarle algo que afectaría a los dos pero más a él mismo.

Palabras fuertes que no debían escapar, tentaciones en las que no debía caer.

¿Qué debes hacer, Querubín?

Forbidden love | HenYang Donde viven las historias. Descúbrelo ahora