Forbidden love | HenYang

Capítulo 24

Ambos seguían caminando por aquel gran lugar, el silencio estaba presente pero no era incómodo.

YangYang empezó a recordar su vida antes de conocer al demonio, no había nada emocionante, no había nada que lo motivara a quedarse en el cielo.
Por primera vez durante toda su existencia supo que enamorarse era parte de vivir, que no estaba mal hacerlo. Incluso el mismo Dios se lanzó a un lago para evitar que aquel arcángel perdiera sus recuerdos.

¿Qué es lo que harías por amor?

¿Pelearías? ¿Matarías? ¿Lo darías todo? ¿Darías todo por tu amor?

¿Lo harías?

Al ver a aquel peli negro de ojos oscuros supo que valió la pena el sacrificio de sus alas, dar tus alas por un amor valía la pena.
Más que todo cuando ese amor hacía un revuelo en el cielo por recuperarte.

Ellos dos eran muy distintos, YangYang siempre puso el bienestar de su superior antes que el de él mismo, Kun Hang siempre se creyó superior al rey del cielo.

Sin embargo, ambos tuvieron el mismo destino, estar juntos.
Quizás porque se necesitaban mutuamente, no lo sabía.
Solo entendía que estar entre los brazos de aquel ser oscuro era lo más cálido que podría llegar a tener.

"Sin arrepentimientos".

— ¿En qué piensas?

Dijo el mayor, que desde hace rato lo iba observando, sus ojos estaban algo perdidos en el camino.

— Es que... Luego de esto tendrás que soportarme hasta el día en el que el mundo se acabe.

Wong sonrió y dejó de caminar, se acercó al azabache y tomó su mentón para levantarlo.

— Creo que el encadenado aquí serás tú. No importa que tanto llegues a correr para huir, no podrás hacerlo, YangYang. No podrás escapar.

El chico sonrió y besó con suavidad sus labios, jamás creyó necesitar tanto de alguien.

Aunque de ahora en más tendría eso y todo lo que se le ocurriera.
YangYang estaba con el señor del infierno, alguien que te hacía pecar con solo mirarte.

Él empezaría a disfrutar su vida de otra manera, donde la pasión y la sangre se unirían a su cuerpo, donde la lujuria lo dejaría ciego y la codicia se volvería mayor.

Siempre iba a querer más y aquel demonio se lo iba a dar, porque ahora ellos serían así.

Era amor pintado de un fuerte rojo.