Capítulo 1

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Verla no provocó nada en mi interior. Lindsey nunca me produjo nada, porque Ally siempre había estado en mi mente. La sentía tensa bajo mi tacto, pero se mostraba firme e inquebrantable. Notaba que estaba cambiando ciertas actitudes, que tenía más confianza en lo que hacía. Por un momento pensé que se escaparía otra vez, pero no fue así. 

Ella confiaba en mí y eso solo me hacía amarla más. No quería quitarle los ojos de encima, porque sabía que si Lindsey la provocaba iba a saltar, y no quería que la lastimaran. Las dos se mantuvieron en silencio hasta que alguien se aclaró la garganta

—¿Así que están juntos? —cuestionó la pelinegra con seriedad. Iba a contestar, pero Ally se me adelantó. Esbocé una sonrisita que quedó escondida en su cabello

—Sí —escupió tajante. Otro silencio atronador se hizo presente, y después de unos segundos volvió a hablar

—Lo siento, Ally, no lo sabía. —Me atreví a mirarla de reojo porque su tono no me gustaba en absoluto, la conocía y sabía que era una chica que hacía dramas por cualquier mísera cosa. Su tranquilidad ante la situación no cuadraba—. Pensé que Gerard estaba soltero o, en su defecto, con alguna otra, no creí que al fin se había atrevido a hablarte sobre sus sentimientos. Me da gusto que estén juntos, hacen una linda pareja. 

Allison lanzó una carcajada burlona.

—¿A quién quieres engañar? ¿Crees que te creo? No soy estúpida —se defendió Ally con la barbilla alzada y los brazos puestos en jarras.

—No, solamente crecí y dejé de ser una niña. Comprendo que están juntos y se quieren, lo respetaré —contestó encogiéndose de hombros.  

Algo en todo el asunto seguía sin encajar. Allison no respondió nada, Lindsey se dio la vuelta sin más y descendió los escalones de la entrada. Escuchamos cómo arrancó el coche y se perdió en la lejanía. Se deshizo en mis brazos y sacó todo el aire de sus pulmones. La cobijé en mi pecho para trasmitirle seguridad

—¿Estás bien? —pregunté. 

—Lo estoy —contestó en un suspiro. 

—Estuviste genial —dije con una sonrisa, y estiré el brazo para cerrar la puerta; necesitábamos algo de privacidad.

Alzó la cabeza para mirarme, abrió la boca para hablar, no dijo nada porque volvió a cerrarla, así que la llevé al sofá y me senté a su lado. Recargó su brazo en el respaldo y me enfocó, barrió con sus pupilas mi cara, quizá buscando algo. 

—¿Te sigue gustando? —pidió saber, y mordió su lengua, sabía que hacerla pregunta le había costado. Negué con la cabeza y me moví para que quedáramos más cerca. 

Jugueteé con un mechón de su cabello rebelde.

—Me gustas tú, ya lo sabes —dije mirándola a los ojos para que notara la verdad. Después de saber que ella sentía algo por mí nada volvería a ser lo mismo, yo ya no tenía qué ofrecerles a las demás.

—¿De verdad, Gee? Si me lo prometes, voy a creer en ti sin importar nada, siempre ha sido de esa manera. Te amo, y si me dices que ya no te interesa Lindsey, yo... —Su nerviosismo me estaba volviendo loco. Lejos de enojarme por su duda, sentí que mi corazón se derretía como chocolate en el fuego. 

La interrumpí chocando sus labios con los míos. Automáticamente mi mano la rodeó y se escabulló debajo de la playera que llevaba puesta. No lo hacía con dobles intenciones, solamente me gustaba sentir su piel en la mía.

—Te lo prometo —susurré vislumbrando sus párpados cerrados y sus comisuras alzadas.

Happy Together (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora