𝟭𝟬

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Los rayos de luz golpearon sus ojos y un quejido salió de su boca al sentir un pequeño punzón en su cabeza.

Parpadeo un poco para poder acostumbrarse a la luz que dañaba sus ojos y cuando lo logró, se sentó en la cama.

Bostezo antes de llevar su mano a su cabeza queriendo rascarse.

Tocó su piel y chasqueo la lengua al ver que se había dormido con maquillaje, con lo mucho que le gustaba cuidar su piel.

Su vista se poso en las sábanas y tembló al ver que no era las mismas que su hogar.

Un pequeño suspiro se escucho a su lado y se tenso. Volteo a su lado viendo a un tipo acostado a su lado.

Inmediatamente miró sus ropas que estaban el suelo y se paro rápido tratando de buscarlas para vestirse.

Un pequeño dolor le llegó a la espalda baja y sólo maldijo al tipo.

Se vistió tan rápido como pudo y salió de allí para tomar su coche que se encontraba fuera de aquella casa.

¿El tipo vivía hasta el norte? Menuda mierda

Hacia mucho que no despertaba con un desconocido a su lado.

Manejo tan rápido como pudo hasta su hogar y frente a su puerta, logró divisar a su hermano con la capucha ya puesta.

Se dio la vuelta lentamente para irse de allí pero fue demasiado tarde.

—¡Horacio! ¡Coño tío te llevó esperando toda la mañana!

Fred corrió hacia el y no supo que hacer, no había hecho nada malo, pero tampoco quería explicar que había salido de fiesta el día anterior.

Cuando Gustabo dio la vuelta a su hermano para verlo se quedó estático, su maquillaje corrido, las marcas visibles en el cuello y pecho de su hermano y ¿eso era la marca de una mano en su cuello? Joder que a su hermano le gustaban esas cosas.

—¿Te has ido de fiesta?—A veces quería pegarle un puño a su hermano, era de esos típicos que preguntaban cosas obvias.

Como cuando te tropezabas y caías. '¿Te caíste?', No baboso solo quería besar el piso.

—Claudio me invitó a salir—Aunque con Claudio no pasaba nada.

—¡Jodeme que por fin te lo cogiste!—Preguntó entusiasmado antes de reír.

Horacio solo soltó un puchero, si había tenido sus momentos con Claudio, pero ninguno se gustaba.

—No, claro que no, sólo somos amigos, fue otro tipo, nisiquiera lo conocía—Dijo entrando a su hogar con su hermano de fondo.

• ◯ •

Llegó con su capucha a comisaría y acompañado de su hermano. Le había mandado un mensaje a Claudio para cerciorarse de que estaba bien.

No pudo evitar reír cuando el doctor le dijo que también había amanecido en una cama con alguien.

Caminaba algo lento debido a los pequeños dolores que tenía en su trasero, nisiquiera recordaba haber salido del vanilla.

Y ciertamente tampoco recordaba haber tenido sexo ni ningún acto de ese tipo desde que que se había separado de Viktor.

—Dan tío, pero cuéntame como fue.—Su hermano seguía insistiendo, normalmente le daba igual, pero era la primera vez que su hermano salía de fiesta desde hacía tanto.

—Fred aquí no—Estaba sonrojado, antes no tenía problemas en hablar respecto a su sexualidad.

Pero con el tiempo lo había comenzado a tomar como algo para el.

Subió su capucha hasta su nariz para poder dar un mordisco a la hamburguesa entre sus manos. Soltó un gemido de placer cuando por fin tuvo el alimento en la boca tras largas horas de trabajo.

Estaba sentados donde los civiles solían esperar para que se atendiesen sus denuncias con una bebida energética al lado de cada uno.

En ello lograron divisar al superintendente y los dos comisarios que venían junto a él.

Casi de manera inmediata Gustabo se levantó y se dirigió hacia las escaleras que iban a los despachos.

“Supongo que querrá pasar aunque sea un rato con Conway antes de irnos a patrullar otra vez.” Pensó, saludo con un abrazo rápido a Jack antes de que desapareciera por el mismo camino que Gustabo.

Su mirada regresó a los dos comisarios antes de sonreír específicamente sólo a Greco, ignorando lo que había pasado el día anterior con el ruso.

—¿Como va el día?—Pregunto de manera amable el hombre con barba.

—Nada fuera de lo común, solo la ciudad tocando los huevos—Suspiro dando otra mordida a su hamburguesa para después ofrecerle a él comisario, dándole una pequeña mordida.

—Me parece bastante bien que...—El comisario de barba guardo silencio mirando el cuello del inspector jefe.—¿Que le pasó a su cuello?—Preguntó en un tono preocupado.

Horacio se sonrojo, sabía que tenía que haberse escondido con maquillaje todas esas marcas, pero creía que la capucha le sería suficiente para cubrirlas.

—Salí de fiesta ayer y uhm... esta mañana ya sabe—Dijo sin saber muy bien como explicarlo.

¿Como explicas que te acostaste con alguien y nisiquiera lo recuerdas frente a tu ex? Y para terminar, el ex que parece que sigue interesado en ti.

—¡Oh ya veo! Se acostó con alguien—Dijo de una forma bastante calmada y Dan solo asintió algo apenado por hablar de esto con su superior.

—Pues vaya que el chico es salvaje, tiene todo el cuello marcado—Su mirada volvió a enfocar el cuello algo sorprendido.

Terminó su hamburguesa y tomó la capucha para volver a cubrir su cara y parte de su cuello.

—Un poco, debo ir por vendas, casi termina mi descanso, que tengan buen servicio comisarios.—Se alejó para poder dirigirse a armería por vendas y salir por la puerta trasera de comisaría .

Greco lo vio a lejos, seguido su mirada se convirtió en una de pesar y observó a Volkov que tenía las manos hechas puños y su mandíbula tensa de apretar los dientes.

Iba a decir algo pero seguido un alumno le llamó para preguntarle una duda que tenía sobre la PDA.

Viktor trató de relajarse, el sonido de la lluvia yacía fuera de comisaría, trató de cerrar los ojos pero un suspiro tembloroso salió de ellos.

La imagen de Horacio despertando a su lado cada mañana volvió a su mente y volvió a abrirlos llenos de determinación.

Salió detrás de Horacio por la puerta trasera y cuando esté se iba alejando para buscar el patrulla para hacer un 10-33, lo jalo de la muñeca para quedar cara a cara.

—¿Viktor?—Su voz salió temblorosa, logrando tocar cada espacio dentro del corazón de Volkov.

—Horacio, perdóname—Sus ojos estaban llenos de lágrimas, con suavidad tomó la otra muñeca del inspector jefe, tratando de grasnimitirle todo el cariño posible en su cuerpo.

Esa sensibilidad que solo su familia había podido apreciar hacia más de 10 años y que el creía muerta, hasta que cierto chico colorido y de crestas había llegado a la ciudad provocando problemas.

Que removió cada recóndito lugar en su congelado corazón y le hizo volver a amar.

Era un idiota que había cambiado a su luz por un simple destello.

Pero era ese idiota que ahora más que nunca sabía que no quería dejarlo ir, que aceptaría que cada regaño, grito y reclamo por que lo merecía.

Sólo era un idiota que quería al chico que amaba de vuelta.

—¿Podrías darme otra oportunidad?—

.

Solecitos se podría decir que llegamos al final de la historia neutra. Como les mencioné al principio hay dos finales, pueden escoger el que les guste para darle un fin a la historia <3

𝙃𝙚𝙩𝙚𝙧𝙤𝙨𝙚𝙭𝙪𝙖𝙡. ᵛᵒˡᵏᵃᶜⁱᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora