𝘿𝙤𝙣'𝙩 𝙨𝙩𝙖𝙧𝙩 𝙣𝙤𝙬

2.8K 234 90
                                        

Horacio miraba al ruso, sintiendo algunas de las gotas de lluvia salpicarle la cara.

Se acercó hacia el ruso chocando sus miradas con intensidad. Esa mirada bicolor intensa con la azul que parecía cansada.

-Escuchame-Gruñó sosteniendo por el cuello la camisa del ruso, jalandolo hacia abajo, rozando sus respiraciones-Y escuchame bien-.

El contrario asintió rápidamente abriendo sus ojos atento.

-No soy tu juguete-Gruñó paseando rápido su mirada por el rostro de Volkov, no debía distraerse.-No estoy para complacerte cada que se te de el puto cante-

-No haz entendido-Trató de hablar, pero fue interrumpido por el más bajo.

-No, claro que no lo hago-Estaba comenzando a alzar, la voz, pero estaba tan enojado-No entiendo como pudiste tirar todo lo que teníamos por la borda tan fácil-.

De pronto soltó la camisa color vino del comisario para apuntarlo con su dedo acusatoriamente.

-Me dejaste por otra persona-Realmente dolía tener que recordarlo pero su enojo estaba comenzando a salir-Y después me buscaste cuando terminaron. ¿Que pasa? ¿Te aburrió también?-

Viktor trataba de explicar entre balbuceos que no había sido por eso.

Pero tener a Horacio en frente de él, tan molesto, apuntandolo con el dedo hacía su pecho pesar demasiado.

—Viktor, aunque te siguiera amando no estaría bien para mi—Dijo con la voz un poco rota aunque trataba de ser fuerte.

—Botaste nuestra confianza a la basura, años de relación, como si fueran nada, no quiero eso—Murmuró viendo al suelo apenado.

Quizás lo único que bueno que había salido de allí, había sido su amor propio.

Amaba al ruso, seguramente sería la persona que más había amado en toda su vida.

Pero ahora tenía que ver por el, entendió que debía amarse a él mismo antes de poder dar ese amor a otra persona.

Y se lo agradecía, aún si el costo de que entendiera aquello había sido doloroso y tan tortuoso.

Viktor era el amor de su vida y quizás siempre sería así.

Pero no era el amor para su vida, no después de lo que había hecho.

Seguramente lo había engañado y sólo quería un poco de comprensión por el que había sido su novio. Necesitaban repararse.

Dejarse ir y comenzar a ser independientes el uno del otro.

—Creo que nuestra historia termina aquí—Murmuró el de cresta mirando al ruso, trataba de decirlo con la mayor delicadeza posible.

Nisiquiera en esos momentos podía ser un hijo de puta con el ruso.

Se dio la vuelta dispuesto a irse pero nuevamente el ruso lo retuvo. Mala idea.

—Te necesito—Sollozo mirando con súplica al menor.

—No, no me necesitas, no lo haces, así como yo no te necesito a ti—Dijo tratando de soltarse.

En el fondo también dolía pero era necesario, no sólo para el, para ambos.

—Te amo, por favor créeme, te amo más que nada—De pronto la otra mano del comisario tomó su antebrazo.

Okay, eso comenzaba a ser desesperante y más que nada por que nisiquiera podía dejarlo ir.

—Debes entenderme, necesito que me dejes ir—Exigió de manera más dura.

El ruso negó como un niño pequeño apretando su agarre

𝙃𝙚𝙩𝙚𝙧𝙤𝙨𝙚𝙭𝙪𝙖𝙡. ᵛᵒˡᵏᵃᶜⁱᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora