Cuando ya no esté

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Alguna vez te has preguntado... ¿Cómo se sentiría la muerte?, dicen que como ves a la oscuridad es como ves a la muerte, y yo lo veo con miedo, entonces eso quiere decir que le temo a la muerte, pero... ¿Por qué lo deseo tanto?

Es complicado, y para muchos un pensamiento cobarde, pero esta cobarde ya no da más.

Jeje, suena a Miedo en Intensamente cuando quiere renunciar a su cargo.

Tarareo alguna melodía inventada, muy desigual, incluso mi hermanito a mi lado se tapa los oídos al escucharme, le resto importancia y apoyo mi frente a la ventana del auto, papá maneja en silencio, siempre me he preguntado porque no es como los otros padres, luego pienso en que los demás son mas ignorantes, invisibles e idiotas ante sus hijos y se me pasa.

He tenido en mente que fui criada con el monstruo de algún cuento, aunque este monstruo hace todo el intento de cuidar a su princesa dentro de su torre.

No debería gustarme estar aislada de la sociedad, pero me gusta, lo disfruto y mucho.

—Llegamos. —Veo con total desinterés al restaurante de comida rápida que nos ha traído mi padre, quien se baja del auto y pese a ya saber que hará, me deslizo como derritiéndome en el asiento hundiendo mas mi rostro en mi capucha. Abre la puerta para mí. —Venga pequeña, sal. —Dice en un tono dulce y calmado, con una mota de alegría.

Mis mejillas hierven, salir del auto es un reto, salir de casa fue un reto total, y si lo hice fue porque mi laptop, Tablet y celular se descargaron, la corriente fría pasa por mi garganta y desliza hasta mi estomago provocándome nauseas. No quiero salir.

Salir es exponerme al lugar, que miradas caigan sobre mí, y si llegara a pasarme algo y las burlas iniciaran me carcomerían en vergüenza.

Tengo miedo.

No me doy cuenta que estoy apretando los ojos hasta abrirlos al sentir una mano posándose en la mía a mi lado.

—Hermana, voy a cuidarte. —No debería sentirme un poco tranquila ante las palabras de mi hermanito menor, asiento tragando saliva y bajo del auto con él agarrándome la mano.

—Gracias. —Mi voz es diminuta.

—Vamos por esas hamburguesas de doble queso con tocino. —Anima mi padre, vuelvo a asentir y mi hermano muy animado corre a la entrada arrastrándome.

Muerdo mis mejillas internas ocultando mas mi rostro en mi capucha y encogiéndome, esto es abrumador, estoy nerviosa, evito el contacto visual con las personas, llegamos a una mesa y respiro profundo al sentarme en el lado del rincón y posar mis manos en la mesa.

Respira, estas bien, nadie va a hacerte daño, estarás bien.

Exhalo mirando hacia arriba al ventilador girar y girar, poco a poco mi atención se posa en aquello mientras mi ceño se frunce, ese ventilador hace mucho ruido al girar.

—Bienvenidos, ¿qué desean pedir? —Mi atención hacia esa cosa ruidosa decae al reconocer esa voz.

Papá pide por mí, sabe que la interacción con personas no es lo mío, mi hermano pide muchas cosas que sé que luego harán que le duela el estomago y me despierte a mitad de la noche para que lo acompañe al baño.

Miro por pocos segundos a su cabellera rubia antes de que deje de anotar en su libreta y sus ojos caigan sobre mi ocasionando que mis mejillas se calentasen y volteara rápido la cabeza, vuelvo a morder mis mejillas internas apretando mis dedos sintiendo la humedad en ellos. Estoy muy nerviosa.

Vuelvo a escuchar su voz, sonando nada afectado ante mi comportamiento y eso me relaja.

No se ha burlado de ti, no te ha mirado mal, tranquila.

One-Shots GoChi✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora