~Mi Devoción~

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Goku

—¿Y bien?, ¿como está eso de que postulas fuera de la ciudad? —sorbe ruidosamente la pajilla de su frapuccino.

Dejo de mirar por la ventana las hojas de otoños que caen mediante la ventisca, la azabache frente a mí no tiene un poco de decencia ni modales, sus botas sucias encima del asiento estando cruzada de piernas, su bata blanca con suciedad, las mangas están dobladas hasta sus codos, sus mejillas tienen manchas oscuras, su pelo despeinado, en fin, ser una loca por la ciencia tiene algunas desventaja, eso o es que tiene mucha pereza de limpiarse, pero aun así, es la primera que acude a mi llamada.

Saco un servilleta y me inclino sobre la mesa para limpiar su mejilla, ella descaradamente inhala cerca de mi gabardina soltando la pajilla, humedece sus labios y me mira una vez me siento de nuevo en mi lugar y tomo mi taza de café.

Amargo.

—Padre dijo que es momento de sentar cabeza y dejar de hacer estupideces. —Solté tragando la amarga cafeína para amortiguar el nudo que quiere crearse en mi garganta.

—¿Organizar carreras es una estupidez? —menciona— ¿cantar y tocar en los bares es una estupidez? Dime, ¿qué concepto de estupidez tiene tu padre?. —Habiendo servilleta se limpia con el cuello de su bata la boca.

Resoplo recargando mis brazos sobre la mesa, Starbucks no tiene muchos clientes en esta hora de la tarde, tenía veintiún años, y aún no logro nada, palabras dichas por muchas personas cercanas a mí, excepto ella.

—Quiero entenderlo, pero una vez hablo, él... Se victaminiza y me hace sentir... Terrible... Como si tuviera la culpa de todo. —Soy honesto y no me atrevo a mirarla fijamente.

Acaba su frapuccino y estira sus brazos, tenemos la misma edad, pero a parte de mí, ella es increíble.

—Las leyes de la física....

—Ahí va ahora con las teorías locas de la física. —ruedo los ojos y ella suelta una pequeña risa.

—Esta bien, no lo diré porque justo ahora mi mente esta en blanco, ¿sabías que cuando hablas no respiras? —enarco una ceja, intento hablar pero ella me señala— ¡aja! Ibas a intentarlo.

—¡Ni de chiste! —Me altero y su carcajada me calienta las mejillas.

—Dime Goku, tú cuando te acuestas en el suelo a lo volcado, ¿no te duele tu pepino?

—No si la acamodo de manera correcta. —respondo con simpleza viendola escribir rapidamente en una libreta que no se de donde coño sacó.

—Aja, anotado, “el pepino de Goku es chiquita y por eso no le duele al echarse en el suelo”. —estira sus labios en una sonrisa cerrada, golpeo la mesa y ella ríe aun más por mi expresión.

—Eres una... ¡Loca!

—Estamos para servir. —me guiña un ojo, me cruzo de brazos y suspiro de nuevo. —Ahora sí, mira. —Saca algo del bolsillo de su bata.

—¿Qué es? —pregunto.

Y saca otra cosa de su otro bolsillo y lo estrella en la cabeza de la cosa fea y me la muestra con un “¡Ta-Dan!”

One-Shots GoChi✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora