Continuación de: "Mi decisión"
Buscando a su cuñada, Sasuke termina en la oficina de un investigador privado.
Hasta el momento, no hay una mujer que pueda dominar a este Uchiha, joven, empresario, muy guapo, y soltero, se dedica a disfrutar de los...
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—No lo se amiga, mi jefe tomo dos casos nuevos, y esta mañana tiene cita con un empresario. Dejame que lo piense y te confirmo. Tengo que recoger un libro nuevo para mi colección antes de entrar a la oficina.
Colgué sintiendome algo mal por poner escusas, Temari sabe que aun con poco trabajo, acompañarla a comprar ropa me resulta un fastido, ya me paresco a mi jefe usando esa palabra todo el tiempo.
Metí el móvil en mi bolso mientras caminaba a toda prisa por la calle desierta, a esta hora de la mañana. Me gusta salir con tiempo, la anciana de la tienda de libros abre bien temprano, antes de que el movimiento de los transeúntes que se dirigen a sus trabajos ocupe la tranquila ciudad y llenen las vacías calles de coches, bocinazos, discusiones de taxistas y viajeros apurados que se durmieron y culpan al primero que se les cruza de su infortunio. Definitivamente me gusta levantarme con el tiempo suficiente para evitar todo ese ajetreo matutino.
—¡Hola querida! Temprano como siempre. Ya tengo tu pedido.
—Gracias Señora, lo aprecio mucho, estoy algo apurada, pero volveré más tarde.—tome el libro, acaricio la tapa y contratapa, lo lleve a mi nariz embriagada con su aroma a nuevo. Después de pagar, salí caminando feliz a la oficina.
Soy la primera, como de costumbre, me encargue de regar a las plantas del vestíbulo, las pobres necesitan sol ademas de agua, luego las tendre que mover a la terraza, abrí la oficina de Shikamaru y encendí su ordenador, todo lo que le ahorre trabajo lo aprecia sobremanera, ¡maldito vago!, no se como es que aún no me pide que lea el diario por él y los correos que recibe.
Salgo de la oficina de mi jefe y me dirijo a la pequeña oficina al final del pasillo, donde tengo mi propio lugar, entre mis múltiples tareas se encuentra la de contadora, ademas de cobrar a los clientes, armar los contratos, hacer los depósitos bancarios, sin mi, el Señor Nara esta perdido flotando en una nube, soy yo quien llevo el orden y la organización de todo; él es el estratega, un verdadero genio, así de tranquilo como se lo ve, su cabeza piensa de manera acelerada. Por eso siempre esta uno o dos pasos antes de los fujitivos, y las personas que suelen pedirle que encuentre. Es como un gps de humanos. Unos cuantos datos, y él es capaz de averiguar hasta tus sueños más privados.
Salgo de mi oficina y nos cruzamos con mi jefe en el pasillo.
—Buenos días Saku, te deje un café sobre el mostrador de la entrada— Sonríe y se acomoda en su sillón a revisar los correos.
—En breve llega la Señora que llamó por su ex vecino. Luego tiene al empresario que solicitó verlo con urgencia ayer. Son las únicas dos citas programadas.— le dejo todos los archivos preparados antes de ir a sentarme en mi lugar.
Como le informe, llega la primer cliente, luego se presenta un viejo amigo de mi jefe y se encierran en su oficina, subo el volumen de la música en la sala de espera.
