Solo mia

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Finalmente la tenia conmigo, sobre y debajo, de un costado y luego del otro, de pie contra el placard, de rodillas en la ducha

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Finalmente la tenia conmigo, sobre y debajo, de un costado y luego del otro, de pie contra el placard, de rodillas en la ducha.
Fue la noche más entretenida que tuve desde que tengo memoria, no tengo dudas de que Sakura es la mujer con la que quiero estar, hoy, mañana y toda la vida. Su sonrisa, su manera tan sexi de volverme loco. ¡Ella es perfecta!

La luz empieza a meterse por la ventana, esta amaneciendo y la realidad es que hace menos de media hora salimos de la ducha, ella duerme profundamente, con su cuerpo pegado al mio, desnuda, preciosa, su respiración me hace cosquillas en el pecho.

Aún me tiemblan las piernas, y cada vez que cierro los ojos la veo de rodillas frente a mi, no tengo la cuenta exacta de la cantidad de veces que me llevo a la cima, la perdí a mitad de la noche, fueron muchas, demasiadas, me dejo sin fuerza, se llevo todo de mi, y me entrego todo de ella.
Podre no recordar la cantidad de veces que acabe, pero siempre voy a recordar cada gemido de placer que soltó contra mis labios.

Miro la hora, es muy temprano, necesito avisarle a mi hermano que no me espere, voy a pasar toda la mañana durmiendo abrazado a mi bella pelirrosa.

Ita, nos vemos mañana en la empresa. Estoy en algo. No me esperes. ¡No llames, no vengas! ¿me explico?— pulse enviar y segundos mas tarde recibí su respuesta.

Entendido hermanito. Te veo el lunes en la empresa. ¡Cuidate! Te quiero.

Deje el móvil en la mesa de luz y abrace fuerte a mi pequeña pelirrosa, no se cuanto tiempo dormimos, estábamos muy agotados, un agradable aroma a café me saco del sueño, busco la mata de pelos rosados a mi lado pero estoy solo, tomo un boxer y un short de los que uso en el gimnasio para salir de mi dormitorio, voy siguiendo el aroma.

En la isla que ocupa el centro de la cocina, sobre una banqueta alta, con una camisa azul que le queda enorme pero muy sensual, mi pelirrosa lee concentrada uno de los libros que le obsequie anoche.

Juega con un mechón de cabello humedo, y lleva puestos unos bonitos lentes que nunca le había visto, me aclaro la garganta y se gira a verme, su sonrisa ilumina toda la sala.

—Buen día, tu café esta listo—me dice acercando una taza. Sin ningún pudor recorre mi cuerpo con su mirada y se muerde el labio, solo con ese gesto ya me tiene listo para otro round, me acerco a ella y tomo la taza.

—Esta muy rico, pero tengo en mente otra cosa de desayuno.— me inclino y la beso, me rodea con sus brazos y la subo sobre la isla, con cuidado de no tirar las tazas, mi pelvis rosa con su entrepierna, y ella gime en mi oido.

La cargo y me la llevo a la habitación, creo que no voy a dejarla ir nunca, es como una droga y me vuelvo un adicto, solo quiero más y más.

Recorro todo su cuerpo con mis besos, me subo sobre ella y la penetro con fuerza, quiero sentirla, sus piernas me abrazan por la cadera pegando nuestros cuerpos, es igual de insaciable que yo, las horas pasan y llevamos el día en la cama.

Eres para mi - Sasusaku +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora