Continuación de: "Mi decisión"
Buscando a su cuñada, Sasuke termina en la oficina de un investigador privado.
Hasta el momento, no hay una mujer que pueda dominar a este Uchiha, joven, empresario, muy guapo, y soltero, se dedica a disfrutar de los...
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Una semana llevamos en el pequeño hotel, insistí en movernos a un sitio mas grande. Pero al parecer Izumi hizo amistad con la gente del lugar.
Sobre todo la recepcionista. Recuerdo la cara de sorpresa que puso cuando llegamos en el auto de Itachi a pedir habitación, nos puso en el mismo piso que mi hermano, en el cuarto junto al de ellos.
Lo primero que hicimos fue tomar un baño, por turnos ya que el espacio era estrecho para ambos y luego regresamos al hospital.
Itachi se aseguró de que no apestabamos a granja antes de permitirnos tomar en brazos a la pequeña Akane.
Me volvi loco de amor casi al instante. ¡Tan perfecta, bella y frágil!.
— ¡Mi turno!— dijo Saku sacándome de la burbuja que había creado sólo para ella y para mi. A regañadientes se la di y verla con la niña en brazos hizo que me desarme por completo, era la postal del amor puro en vivo y en directo, definitivamente será la madre de mis hijos. Me guarde ese pensamiento sólo para mi.
Está mañana, Tenten nos despertó con la desagradable noticia de que teníamos compañía.
Me asome por el balcón de la habitación y pude ver varios canales de noticias con sus horribles van estacionadas fuera del hotel.
—Iré abajo a tratar de disuadirlos para que se larguen—dije mientras me preparaba para enfrentar al monstruo de los medios.
Saku reía desde la cama.
>>Ni te asomes, si te ven y alguno te reconoce, podría ponerse mas intenso.
—Tranquilo Señor Uchiha, no pienso salir de la cama—me sonrió y movió sus cejas sujerentemente.
—¡Dios! — trague saliva y ella sonrió— Volveré enseguida mantén tu palabra, ¡no salgas de la cama!— escuche su risa mientras bajaba la escalera corriendo.
No pude hacer que se fueran, me bombardearon con preguntas sobre Itachi, sabian que él estaba acá y no iban a moverse hasta que mi hermano, hablara con ellos.
Volví a la habitación y luego de hacer el amor con mi bella pelirrosa, nos vestimos y fuimos a la habitación de mi cuñada.
Entramos y me fui de cabeza al moises donde estaba metida, envuelta en una suave frazadita roja con tiernas mariquitas. — ¡Hola preciosa del tio!— dije con voz chillona—¿Quién es la nena mas bella? ¡Tu eres la nena mas bella!— Itachi se aclaro la garganta, y cubrió su rostro mientras negaba repetidas veces. Izumi y Sakura se reían abiertamente, gire y los mire con fastidió.
—Callense, son insoportables— Deposite al pequeño tesoro en su sitio, miré a Itachi, que contenía la risa
—Dejame en paz Itachi, sabes que me gustan los bebés.— esquive su mirada.
