Continuación de: "Mi decisión"
Buscando a su cuñada, Sasuke termina en la oficina de un investigador privado.
Hasta el momento, no hay una mujer que pueda dominar a este Uchiha, joven, empresario, muy guapo, y soltero, se dedica a disfrutar de los...
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—Estoy muy nervioso— dije mientras frotaba mis manos.
—Tranquilizate y ten preparada la cámara.— Respondió Saku con calma.
—¿Itachi aún no llega?— gire en la silla y mire a Izumi, igual de tranquila que Saku.
Mi molestia pelirrosa se puso de pie y se acerco a la entrada, un rubio escandaloso y una pelinegra entraron por la puerta de la habitación.
Sabia de quien se trataba, sus mejores amigos. Los salude a ambos y luego Saku se quejo. — ¡Uhm, ohh!— gimió y se agarro el vientre.
—¡Amor!— dije preocupado.
—Sólo es una contracción Sasuke. — Izumi me pasó una botellita de agua y siguio acunando a mi sobrina.
—Deberías estar en la cama, quieta— reclame molesto.
—La doctora dijo que caminar acelera el proceso. No voy a tener a mi bebé mientras estiro las piernas por la habitación, ya relájate, ¿quiéres?— Naruto soltó la risa.
—Podemos practicar tu patada, quien dice, así logras expulsar a la criatura mas rápido.— lo miré serio. Solo él dobe podía tener esas ideas. — estás bien para estar de parto, Hinata no se lo tomo tan tranquilo— dijo el rubio.
—Mmm, la doctora me reviso y dijo que podia llevar unas horas.— respondió tranquila.
—Esta tranquila ahora— dijo Hinata y mi cuñada soltó una risita.
—Espera que las contracciones se vuelvan seguidas, suelte el tapón y empiece el trabajo duro. — añadió Izumi con una mirada diabólica.
—¡No la asusten!— reclame— y sobre todo no me asusten a mi que ya estoy bastante nervioso.
Todos rieron.
Otra contracción ataco el vientre de Saku que se sacudió como si escondiera una bolsa con gatos bajo la bata del hospital.
Mi mujer jadeo y se retorció. —¡Mierda! Eso fue intenso. — reconoció. En pocas horas tendría mi propia hija conmigo.
Saku no queria saber su sexo, pero yo había sobornado al ecógrafo para que me lo dijera.
Y también había reemplazado parte del ajuar de bebé que había preparado Saku, sin que ella supiera.
Itachi entro junto a Izuna, mi hermano cargaba un enorme oso panda. Saku soltó la risa al verlo.
Recordamos el nacimiento de Akane de inmediato y todas las peripecias que pasamos para llegar.
La tarde se hizo noche, mi hermano y su mujer seguian con nosotros en la habitación. Naruto y Hinata se habían ido hace un rato. Porque debian buscar a sus hijos por casa de sus abuelos.
