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Camila Cabello de las mejores doctoras cirujanas de la cuidad, con 29 años es una mujer independiente, soltera y bisexual, tras tener una aventura con una mujer, se mudo a Miami al finalizar su carrera, y tener el corazón roto por el...
Estaba fuera de la casa de los Cabello, era una casa lujosa, de dos pisos, grande para la pequeña familia, pero no perdía la humildad de las personas dueñas del lugar que tenia enfrente. Suspire para después verme otra vez en el reflejo que me proporcionaba la ventana polarizada de mi camioneta.
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Suspire, tome la botella de vino, el plátano de peluche y mi álbum autografiado para Sofi, sus gustos de cosas debieron cambiar, por lo que no quise arriesgarme a elegir lo incorrecto. Una vez me abrieron las rejas el señor del servicio que me conocía desde años, le regale una sonrisa y seguí a paso firme a la puerta principal, toque el timbre como pude sin que se me cayera nada, escuche el "yo voy" de la mujer que robo mis suspiros desde hace años, sonreí mientras notaba los nervios llegar en aumento pasaban los segundos, mire la perilla girarse para después subir por las piernas de la morena, llevaba sus típicos jeans azules, tenis negros, la blusa blanca y el pelo suelto levemente rizado. Me miro con una sonrisa cómplice para después besar la comisura de mis labios.
-Hola.. - susurre con una sonrisa
-Pasa, están todos afuera. - asentí, me dio paso y caminamos coordinadas a la entrada del jardín - ¿Qué tienes en manos Jauregui? - me encogí de hombros y ella negó - bien, les diré que vayan al salón, tu espera ahí. - asentí y camine a donde me indico, unos dos minutos después escuche las voces a lo lejos, Camila había obligado a Sofia que se tapara los ojos con una venda, mire a sus padres estar sorprendidos por verme, acomode mi campera de cuero mientras miraba a el matrimonio Cabello seguir sin decir palabra alguna
-Vamos Mila, no estoy de humor, sácame esto. - se quejo la pequeña rompiendo el silencio.
-Ya, solo no la mates. - me miro y deje los regalos en la mesa pequeña que estaba frente el sillón. Me acomode la ropa otra vez por los nervios, llevaba botas negras, mis jeans negros rotos en la rodilla, una remera blanca y mi chaqueta de cuero. Camila sonrió y le quito la venda de los ojos a Sofia, pude admirar mejor sus rasgos que eran iguales a los de Camila, no se si me sorprende, pero ella palideció al instante de verme.
-Hola Alejandro, Sinuhe.. - me acerque a ellos, extendí mi mano con seguridad, por mas que no tuviera la mínima pizca de confianza.
-Lauren.- dicho esto ambos me abrazaron, me sorprendí, pero segundos después los abrace - estas tan grande y hermosa. - esta vez fue Sinu
-No puedo creer que estés de nuevo en nuestro hogar.- Alejandro me miro con una sonrisa
-Traje el favorito de ambos.- dicho esto me volví a donde estaban los pequeños presentes, les extendí la botella y ellos me miraron - espero siga siendo su favorita, la verdad fue todo improvisado. - dije dudosa
-Lo favorito rara vez cambia Lauren.- me dijo Alejandro con su respectiva sonrisa - no debías molestarte. -
-No lo es, tómenlo. - negó con una sonrisa para después llevarla a la cocina. Mire a Sofia mirarme como si fuera una ilusión óptica, sonreí y la chica tembló un poco mas.
