Los Kou

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Era un día de primavera en Tokio, y la ciudad vibraba con una energía casi palpable. Usagi Tsukino, una joven huérfana de 18 años, se encontraba frente a la imponente mansión de la familia Kou. Aquella estructura majestuosa, adornada con intrincados detalles arquitectónicos, parecía contener secretos oscuros y promesas de un futuro incierto. Abandonada desde pequeña, su vida había sido una lucha constante por encontrar su lugar en el mundo. Sin embargo, su espíritu soñador nunca se apagó. Ahora, por fin, tenía la oportunidad de comenzar de nuevo en un entorno que prometía ser tan peligroso como fascinante.

Molly, su amiga de la infancia y también huérfana, había conseguido que Usagi fuera considerada para trabajar en la mansión de los Kou, una familia conocida no solo por su riqueza deslumbrante, sino también por su conexión con el mundo yakuza. Con el corazón latiendo con fuerza y una mezcla de nerviosismo y emoción, Usagi tocó el timbre. Cuando la puerta se abrió, Molly le sonrió con complicidad.

—¡Qué bueno que llegaste! —dijo Molly, su voz llena de entusiasmo—. Los señores te están esperando.

Usagi sintió un escalofrío recorrer su espalda, una mezcla de ansiedad y anticipación.

—No te preocupes, haré lo que sea necesario —respondió con determinación, aunque en su interior se preguntaba si estaba lista para lo que le esperaba.

Molly le lanzó una mirada significativa.

—Recuerda, aquí las cosas son diferentes. Mantente al margen y no hables más de lo necesario.

Las puertas se abrieron de par en par, revelando a tres hombres que emanaban poder y atractivo. Yaten, el líder carismático; Seiya, el intrigante; y Taiki, el observador silencioso. Cada uno de ellos tenía una presencia magnética que hacía que Usagi se sintiera pequeña e insignificante a su lado.

—Soy Yaten Fernando Kou —dijo con una sonrisa seductora—. Estos son mis primos: Seiya Alejandro Kou y Taiki Robert Kou. Te evaluaremos para decidir si mereces quedarte aquí.

Usagi sintió un cosquilleo en su estómago al mirarlos. Eran intensos y peligrosos; había algo en ellos que la atraía irresistiblemente.

—Soy Usagi Tsukino —respondió con voz firme—. Estoy agradecida por esta oportunidad.

Taiki se acercó a ella y tomó su mano con gentileza, sus ojos oscuros brillando con interés.

—Mucho gusto, señorita Usagi. Permíteme mostrarte tu habitación —dijo mientras la guiaba hacia el interior de la mansión.

Después de un breve recorrido por la mansión, Molly regresó con un uniforme que Usagi debía usar para trabajar. Era corto y ajustado, diseñado para resaltar sus curvas de manera provocativa.

—¿Cómo te fue? —preguntó Molly con una sonrisa traviesa mientras observaba a Usagi probándose el uniforme.

—Todo bien... aunque me sentí un poco incómoda con algunos comentarios que hizo Taiki —confesó Usagi, recordando la forma en que él la miraba con intensidad.

Molly sonrió con complicidad.

—Eso es normal aquí. Los Kou son... intensos. Te acostumbrarás a sus encantos y a sus novias, que son aún más difíciles de tratar.

Usagi bajó la mirada, sintiendo que su nuevo trabajo podría ser más complicado de lo que había imaginado. Sin embargo, había algo en ese peligro que la atraía irresistiblemente; era como si cada rincón de esa mansión escondiera un secreto esperando ser descubierto.

Esa noche, mientras Usagi trataba de dormir en su nueva habitación decorada con elegancia sutil pero opulenta, un golpe en la puerta la despertó bruscamente. Era Seiya, el primo de cabello negro y mirada penetrante que parecía tener un poder hipnótico sobre ella.

—¿Cómo estás, Usagi? —preguntó con una sonrisa pícara mientras se apoyaba contra el marco de la puerta—. Me gustaría que me prepararas algo para comer.

Ella lo siguió a la cocina, intentando mantener la calma mientras preparaba un sándwich. Sin embargo, cada movimiento suyo parecía atraerlo más cerca. De repente, sintió su aliento cálido en su cuello; era como si el aire entre ellos se volviera denso y electrizante.

—Te ves deslumbrante con ese camisón —susurró Seiya cerca de su oído—. Hay algo en ti que me atrae de una manera que no puedo ignorar.

Usagi se sonrojó intensamente, intentando mantener la compostura ante sus palabras provocativas.

—Es solo un uniforme... —respondió nerviosa mientras evitaba su mirada intensa.

Seiya sonrió aún más al ver su incomodidad; había algo fascinante en cómo ella intentaba resistirse a él.

—No lo creo —dijo mientras daba un paso más cerca—. Hay algo especial en ti que me hace querer conocer cada parte de ti. ¿Te imaginas lo que podríamos hacer juntos en esta mansión? —su voz se tornó seductora—. La noche es joven y llena de posibilidades.

Usagi sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras él continuaba hablando:

—Me gustaría quitarte eso lentamente... —murmuró acercándose tanto que podía sentir el calor de su cuerpo contra el suyo—. Descubrir cada secreto que escondes bajo esa tela suave... Imagínate cómo sería explorar cada rincón de tu ser mientras las sombras nos envuelven...

Ella tragó saliva, sintiendo cómo el deseo comenzaba a luchar contra sus dudas internas.

—Seiya... no sé si esto es correcto...

Seiya inclinó la cabeza hacia ella, sus ojos brillando con deseo palpable e innegable.

—A veces lo correcto y lo que deseas no van de la mano —dijo suavemente—. Solo dime que sientes lo mismo y podríamos explorar este deseo juntos. No hay necesidad de apresurarnos; podemos dejar que esta atracción crezca como un fuego lento... hasta que estalle en llamas.

Usagi se encontró atrapada entre la atracción irresistible hacia él y las dudas sobre las implicaciones de esa conexión peligrosa; sin embargo, había algo profundamente cautivador en su mirada intensa y seductora.

—Quizás... quizás hablemos de esto más tarde —respondió ella finalmente, sintiendo cómo sus mejillas ardían ante sus palabras provocativas y llenas de promesas ocultas.

Seiya sonrió con satisfacción ante su respuesta evasiva pero intrigante.

—Espero ansioso ese momento —dijo mientras retrocedía lentamente hacia la puerta—. Pero recuerda, Usagi —añadió antes de desaparecer por completo—, la vida es demasiado corta para no seguir lo que realmente queremos. No olvides eso...

A medida que pasaban los días en aquella mansión cargada de secretos y tensiones ocultas, Usagi comenzó a darse cuenta de que estaba atrapada entre sus sueños de independencia y los peligros del mundo yakuza al cual había entrado sin quererlo realmente. Cada uno de los primos Kou tenía su propio encanto seductor y secretos oscuros; sin embargo, ella estaba decidida a encontrar su lugar en esta nueva vida sin perderse a sí misma en el proceso.

Con cada interacción cargada de tensión sexual y peligro inminente entre los miembros de esa familia poderosa y compleja, Usagi se dio cuenta de que había entrado en un juego donde las reglas eran inciertas y las consecuencias podían ser devastadoras… pero también irresistiblemente emocionantes.

La Tentación De Los Kou +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora