Capítulo 2 (editado)

874 39 6
                                    

—¡Estás loca! —su expresión me lo estaba diciendo todo. No sabía si reírse en mi cara o esperar a estar sola para no hacerme llorar...

—¡Joyce, tómame en serio! Que sí, que ha pasado, que hace unas horas estaba con un chico en una cascada pasándomelo bien. —empecé a dar vueltas por toda la habitación. No podía ser, Joseph me pareció real, tan real como Joyce o como mi madre o como cualquier otra persona.

—Emma —sostuvo con sus manos mi rostro y me miró fijamente a los ojos—, no ha pasado. Estás estresada. Estamos a veinte de mayo. Faltan diez días para que se acabe esto. Para que vuelvas a dormir y no sueñes cosas raras. Ese... Joseph no es real, es un sueño. Y el espejo ese es producto de tu imaginación. Es un sueño como otro cualquiera. —por mi rostro se deslizó una lágrima.

—Joyce... —no me salían las palabras. No podía hablar de Joseph como una persona que no existiese. Le besé. Lo sentí. Y sé que es real y sé que ese espejo me puede llevar, otra vez, hasta él. Respiré hondo, pensaba que podría contar con mi mejor amiga, pero me equivoqué... ¿o me equivocaba yo? No quería disgustarla, ya que ella también se encontraba estresada en estos últimos días.

Así que la tranquilicé como pude.

—Vale Joyce, es un sueño. Es verdad que estoy estresada y no duermo... Tienes razón. —al principio me miraba con incredulidad. No me rendía a la primera y, realmente, parecía estar haciéndolo. Sin embargo, al minuto, me sonrió. Quedó satisfecha con mi respuesta, pero yo no quedé igual. Quería verlo de nuevo. Preguntarle cosas sobre él, sobre su familia, amigos... lo quería saber todo. Además de descubrir cómo pude atravesar ese espejo. No me iba a rendir.

La sensación que tuve al traspasarlo fue algo que nunca había experimentado antes... Traspasé un cristal, un objeto sólido. Bueno, estaba claro que un cristal no era aquello, sino no podría haber hundido mi dedo en él, pero lo hice y quería volver a hacerlo. No era sólo por Joseph. Era, también, por la sensación, la tranquilidad de aquel sitio. Millones de flores cubriendo un precioso escampado, una cascada tan alta que no podía ver el principio de ésta, pájaros que piaban de felicidad. Quería eso. Quería respirar y sentir el aire puro bajando hasta mis pulmones y no sustancias tóxicas como el humo de los transportes. Eso era lo que me hacía falta.

Llegó la noche. Aún estudiaba para el último examen de lengua. Siempre se me había dado bien, pero estudiar el contenido de diez temas no era lo mío. Millones de poetas y narradores debían ser estudiados, repasados y saber todo sobre ellos. En cambio, era incapaz de saberme ni la mitad de los autores. Sus historias, sus etapas, los símbolos que cada uno usaba... Entre el instituto, el viaje a Berlín, mi madre y el espejo que me llevó a Joseph me iba a explotar la cabeza.

Andaba de izquierda a derecha por la habitación con apuntes en la mano e intentando memorizar a cada autor, pero era demasiado tarde y mi cerebro no daba para más. Al final, decidí levantarme temprano y descansar por lo menos tres horas. El examen lo daba por suspendido, pero tenía que intentarlo. Recogí mi cama de los miles de apuntes que había en ella, me metí en mi cama, intentando no soñar ni pensar. Solo quería dormir.

—¡Eh, tu! ¡Aparta de ahí si no quieres que te mate! —¿yo? ¿Qué? No, otro sueño no... Me aparté del camino de ese hombre. Era un hombre robusto, con un hacha en la mano y en la otra llevaba un trozo de madera como si fuera un escudo.

Este sueño era muy diferente al anterior. Recuerdo que en el otro había un gran campo lleno de flores y pájaros piaban. En este no. Olía a pólvora quemada, se oían gritos, caballos y sonidos de cañones. Creo que estaba en una guerra... cada vez todo era más raro. Por si acaso, cogí una pequeña navaja la cual estaba a mi alcance. Si todos los hombres eran igual de robustos que el que me acababa de encontrar, lo único que conseguiría con mi navaja sería hacerles cosquilla. Era penosa hasta en sueños.

Ante el espejo (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora