Hope World [Revalink]

My Time

Lo que recibió Revali al mundo de la consciencia fue un dolor constante y agudo en cada parte de su cuerpo, siendo el más notorio el que venía de su hombro y ala.

Estaba confundido, en realidad, las imágenes que le bailaban en los ojos no parecían tener sentido alguno y lo estaban desorientando más de lo que el haber estado inconsciente lo había dejado, haciéndole creer por varios minutos que era mejor estar dormido para evitar así lidiar con todo esto.

Al final terminó por deshacerse de este pensamiento y se enfocó en lo positivo: estaba vivo. Le sorprendía y mucho. A pesar de haber visto a Link aparecer delante de él para desviar el golpe fatal poco antes de caer inconsciente, el dolor que sentía en ese momento era tal que estaba seguro provenía de heridas fatales e intratables… aunque, pensándolo bien, quizá era el miedo el que le hacía sentir así. Fuera lo que fuera, estaba vivo y entero, las pociones que muy seguramente le había dado Link estaban haciendo efecto y el cuidado que había puesto para curarle las heridas era el mejor.

Aun así, gruñó levemente cuando pudo sentarse y la cobija le cubrió las piernas. El caballo estaba dormitando cerca de la entrada de la cueva, tenía la crin y la cola un tanto húmedas, pero lucía bien en general. A su lado derecho encontró a Link hecho un ovillo a su lado y la imagen casi le hace llorar.

El ver a Link tan tranquilo a su lado le trae recuerdos del pasado y le hace darse cuenta cuan estúpido fue al no revelarle la verdad desde el inicio. Link salvó al mundo, lo salvó a él y los demás y ahora lo volvió a salvar de una muerte segura. Lo que el Hyliano merecía es tener a alguien protegiéndolo y a alguien en quién poder confiar, alguien que le ayudara a recordar, no que le complicara todo muchísimo más.

El tonto y egoísta siempre fue Revali, nadie más.

Con un suspiro triste, se acomodó un poco mejor en contra de la pared e intentó tragarse los quejidos de dolor que le llegaron desde el hombro. Realmente necesitaba decirle a Link.

Link se despertó cuando escuchó un sonido que venía desde afuera de la cueva, encontrando un venado que se alejaba corriendo después de que Epona se moviera un poco. Le dolían los músculos e incluso sentía algunas partes entumecidas mientras se sentaba, obviamente estaba acostumbrado a dormir en lugares como este, pero siempre lo hacía con un saco para dormir y no un montón de ropa medio mojada.

Aún tallándose un ojo, se giró de golpe para ver a Revali, encontrándolo aún dormido pero sentado contra la pared. Le sorprendía y preocupaba el darse cuenta que se había despertado y movido sin que él se diera cuenta, pero el que recuperara la conciencia le hacía suspirar de alivio. Ahora solo tenía que esperar a que despertara otra vez y así poder irse.

Adla seguro estaba muy preocupada.

Escuchando un quejido, apartó el dolor que le causaba el pensar en la pobre polluela y se giró a mirar a Revali que parecía estar despertando. Sin pensarlo, dejó al enojo tomar control de sus ojos mientras lo dejaba despertar por lo menos.

—¿Por qué te fuiste?

El campeón pareció desconcertado por la pregunta tan directa y por el enojo que parecía haber puesto en cada palabra, pero por lo menos parecía ser consciente de que no tenía derecho a quejarse. Sus ojos verdes se fijaron en los azules de Link por varios segundos antes de desviar la mirada otra vez.

—Porque soy débil.

Más le valía que esto no estuviera relacionado a su estúpido orgullo o Link haría que Epona le pasara encima.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Lo viste, esa máquina estuvo por matarme… si no hubieras aparecido, esa cosa me hubiera…