CAPÍTULO 10- La cita

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Después de comunicarle a todo el mundo lo que averigüé en la casa de Reiche, acordamos en ir con cuidado por la universidad y de andarnos con ojo por si vemos algo sospechoso.

También en tener cuidado, ya que no no podemos arriesgar a que el asesino sepa que lo estamos buscando.

He llegado a la conclusión de que os preguntaréis: ¿y la policía en tu pueblo Hope? ¿No hace nada?

Los temas relacionados con la policía en este pueblo tan pequeño son complicados: no hay muchos policías, y no suelen haber problemas tan grandes como un asesino en serie.

Hacen lo que pueden, pero obviamente no voy a esperar a que ellos le pillen, porque sé con exactitud que no lo harán. Pero yo sí que puedo, porque a diferencia de ellos, yo cuento con unos aliados invisibles y con la prueba “robada” del cuarto de Katherine.

La única policía en la que confío es en la madre de Trevor, Liz. Ella sabe que veo fantasmas ya que mi madre y ella están muy unidas, y cuando se lo conté a Trevor decidí que lo mejor sería contárselo a ella también; así que si tenemos algún problema podemos contar con su ayuda.

El sábado llegó, y con él mi locura de tarde junto a Kim.

-¡Quedan dos horas para tu cita y estás tirada en la cama! Como no te levantes ahora mismo y lleves tu culo a la ducha prometo tirar todos tus libros a la basura.

-¡No te acerques a mis libros!- salté de la cama y me metí en el baño.

(…)

Veinte minutos después, salí de la ducha y Kim me había sacado una serie de vestidos de su armario:

-Bien, elije uno.

-¿Por qué no simplemente me pongo uno mío?

-Porque tus vestidos dan asco, así que, elije uno.

Rodé los ojos y elegí un vestido rosa palo con unos tacones del mismo color y un bolso negro. Kim me planchó el pelo y me hizo el maquillaje.

Una vez lista, me miré al espejo y me quedé boquiabierta:

-¿Esa soy yo?- pregunté sorprendida.

-Sí amiga, te he conseguido sacar la belleza que tenías escondida detrás de tantos apuntes de filosofía.

-Ja ja, que graciosa. Igualmente gracias Kim, me encanta.

-De nada amiga.

El teléfono me vibró, y eso era señal de que mi carruaje había llegado.

-Scott me espera abajo, deséame suerte.

-¡Que te vaya bien!

La abracé y salí de la habitación.


Cuando llegué a la puerta principal de la universidad, Scott me estaba esperando dentro de un Cadillac Eldorado ’67 azul (sí, sé de coches).

-Guau, ¿un Cadillac Eldorado ’67 y encima azul? ¿Me estás diciendo que este es tu coche?

Scott se rió y respondió:

-Un regalo de cumpleaños, veo que sabes del tema- salió del coche para darme un beso-. Estás preciosa- rodeó el coche y me abrió la puerta del copiloto.

-Tu tampoco estás nada mal- me subí al coche y arrancó.

-¿Qué película te gustaría ver?- me preguntó.

-Me da igual la verdad- hice una pausa, y luego respondí rápido-. ¡Pero no románticas! Las odio…

-Vale; ¿y de miedo?

-¿Título?- pregunté curiosa.

-¿Annabelle?

-¿Eres mago?

-¿Significa que te gusta mi elección?

-Me encanta.

(…)

La película estuvo genial, aunque, si os digo la verdad, nos perdimos la mitad de la película enrollándonos.

-¡Has gritado como una niña!- dije mientras volvíamos al coche.

-¡Qué va! ¡No me he asustado en toda la película!

-Eso es lo que dices tú… Bueno, ¿cuál es el plan para la cena Scottie?

-¿Scottie? ¿En serio?- se rió y siguió-. Tengo un plan especial: sube al coche y cierra los ojos. Cuando lleguemos te aviso.

-Vale…

Me subí al coche y cerré los ojos.

(…)

-Hope, ya puedes abrir los ojos.

Cuando los abrí, me encontré con unas vistas muy bonitas del horizonte. Scott me había llevado a un prado; él ya estaba fuera, y en el suelo extendió una manta y colocó las cosas. 

Salí del coche y no sabía qué decir.

-¿Un picnic? Es…

-¿No te gusta? Si quieres podemos hacer otra cosa, no p-

-Scott, lo que iba a decir es que es genial. Me encanta.

Sonrió y me tendió la mano para sentarnos.

(…)

La noche fue genial: cenamos juntos, nos reímos, compartimos historias; y puede que una vez recogidas las cosas diéramos otro uso a la manta…

Bueno, que después de la cita, volvimos a la universidad y me acompañó a mi habitación.

-Me lo he pasado muy bien hoy Hope… ¿Te apetecería volver a salir algún día?

-Claro, hoy ha sido un día genial. Gracias por todo.

Me incliné y le planté un beso dulce en los labios.

-Hasta luego Scott.

Y entré en mi habitación

-¿Qué tal la cita?- preguntó Kim desde su cama.

-¡Hostia Kim, que susto!

-¿Ves como no soy la única que da sustos?- dijo Vero a mis espaldas.

-¡La madre que te parió! ¿Podéis dejar de pegarme esos sustos?

-Sí bueno, lo que tú digas. Ahora cuéntanos, ¿cómo te fue la cita?

Les conté todos los detalles con una sonrisa en la cara y nos fuimos a dormir.
~~~

AHH-

Que emosionante uwu. No soy de romanticismos y cosas cursis pero, como me gusta que mis personajes estén felices, este capítulo me da felicidad (jajajajaj).

¿Qué tal os va la vida chicus? A mí bien, hoy no tengo clase así que cool.

Saluditos, Josie :)

El donWhere stories live. Discover now