Lo bueno dentro de lo malo

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Sani, o más conocido como "el chiquillo que dejó inconscientes a Seonghwa y a Yunho" desató a Seonghwa por la parte del abdomen, sin embargo, dejó a los dos chicos maniatados de todas formas. Los agarró de las mangas de sus ropas como si fueran niños de 5 años, salió tirando del más alto y del de cabellos oscuros de la habitación en la que minutos atrás yacían amarrados.

Caminaron por estrechos pasillos del interior de un barco desconocido, y, por si las moscas, Seonghwa memorizó el camino, por si servía para algo más tarde. Luego de unos giros más, Sani se paró frente a una puerta de madera de pino barnizada, que, sin más espera, el chico musculado de cabellos albinos tocó con sus nudillos, haciendo leves sonidos pidiendo permiso para irrumpir en la habitación.

—Adelante, está abierto.— Se escuchó una suave voz desde dentro de la habitación.

Sani abrió la puerta y arrastró a los dos muchachos dentro de la misma, para después cerrar la puerta y abandonarlos a merced del capitán.

Seonghwa, quien antes ponía su atención en las paredes, alzó la vista para encontrarse con la mirada del mismo chico pelirrojo que revisó anteriormente a Vita. Su mirada era como mínimo penetrante, como si estuviera analizando las acciones y expresiones tanto faciales como corporales; como si estuviera observando los comportamientos de la presa antes de abalanzarse sobre ella. Después, su vista se deslizó hacia el de mayor estatura, que se encontraba a la derecha del de cabellos oscuros.

El de cabello color bermellón finalmente habló.

—Bien, los he reunido aquí a los dos para aclarar su situación actual.— Dijo el que antes yacía sentado en una silla y apoyado en un escritorio, mientras se levantaba de su posición posando su espalda baja en la antes citada mesa de trabajo.— Si les soy sincero, están ustedes en una situación un poco violenta; algo así como la espada y la pared. Entonces, lo que yo les ofrezco son dos opciones. O se unen ustedes dos a mi tripulación o acabo con sus vidas, pero sinceramente espero que escojan la primera opción.— En eso, el de abundante cabellera rojiza empezó a pasear por la habitación rodeándolos, como método de persuasión.—La primera opción tiene infinidad de ventajas, no solo serán tratados como iguales, sino que se les proporcionará recursos básicos y, en caso de obtener un tesoro o saquear cualquier cosa, ustedes también obtendrán parte del motín, poseer ciertas libertades, entre otros privilegios.
Sin embargo, desde mi punto de vista no se le puede sacar ningún provecho a la segunda opción.
Ahora es vuestro turno de elegir vuestro camino. Les doy 5 minutos para hablarlo entre ustedes, y, si no tenéis una respuesta para entonces, les mataré personalmente.— Dijo el de piel semi coloreada por el sol al mismo tiempo que regresaba a su silla y adoptaba una pose cómoda a la vez que formal, mientras echaba su vista hacia algunos papeles, leyendo su contenido.—Su tiempo empieza... ahora.—dijo sacando un pequeño reloj de bolsillo.

—Bien Yunho, yo creo que no tenemos opción. He pensado en otros 7 escenarios y este es el más feliz para nosotros. Debemos escoger quedarnos en este barco, aunque no me guste del todo.—  Opinó Seonghwa, y, era cierto, pues la situación no pintaba nada bien para ellos y, en cualquier situación alternativa, ellos salían perdiendo.

—Opino lo mismo Seonghwa, y , la peor parte es que, si me anticipo un poco a los acontecimientos, pienso que nos tendrán a prueba durante, al menos, unas cuantas semanas ¿Viste como nos miró según entramos? Pues que no te extrañe si a partir de ahora nos empieza a observar así a lo largo de nuestras tareas diarias que él mismo nos encomendará.— Comentó Yunho, apoyando el punto de vista de Seonghwa y complementando con su propia opinión.

Y es que, no había otra forma posible de opinar, si es que querían seguir respirando y bombeando sangre, por supuesto.

Seonghwa se giró para volver su vista hacia el de cabellos rojizos.—¿Cuál será nuestra primera tarea, Capitán?— Habló Seonghwa. El de piel ligeramente tostada, aún mirando sus documentos, sonrió sin apartar la vista de estos y, cuando decidió alzar la vista y conectar su mirada a la del de pelo oscuro, fue cuando dió la siguiente orden.

—Esperen aquí un momento, llamaré al resto de la tripulación y ustedes se presentarán ante ellos y viceversa. Después les asignaré alguna tarea en función de un test que les realizaré a ambos por separado.— Dijo el de menor estatura mientras se levantaba de su escribanía y salía del camarote, dejando a Seonghwa y a Yunho solos y con las manos aún atadas, como cuando llegaron al desconocido barco.

No hay destino que valga || [Seongjoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora