Capítulo 5

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A la mañana siguiente, el sonido de un pájaro descansando en el balcón de la habitación, me despertó. Cargando el peso sobre mis hombros me levanté y caminé hacia el baño. Ahí encontré todo lo necesario para mi aseo personal. Tomé una larga ducha, me vestí y cepillé mis dientes. Antes de salir del baño me tomé un par de minutos. Recargué mis manos en el lavabo, di un suspiro y vi mi reflejo en el empañado espejo. Necesitaba poner en orden mis pensamientos y rendirme a vivir un par de meses en esa casa. Aunque estaba dispuesta a encontrar una solución y huir, lejos de los Clarke, lejos del misterio que rodeaba el asesinato de la abuela.

Salí del baño, tomé mis cosas y salí de la habitación. Bajé las escaleras con cautela, podía escuchar a la familia desayunar en el comedor, las risas y las anécdotas de la mudanza que compartían, nada del otro mundo. Me percaté de dos nuevas voces, de las cuales pude asegurar, pertenecían a Brook y Jaden.

Quería pasar corriendo por ahí y salir de la casa sin ser vista, pero era claro que me verían desde que pusiera la punta del pie fuera de la pared. También tenía en mente otro plan: salir por alguna puerta trasera, pero no conocía esos rincones de la casa.

Para mi suerte, Nina salió de la cocina. Me acerqué a ella y le di los buenos días rápidamente.

—¿Hay alguna puerta trasera por la que pueda salir? —pregunté antes de que ella correspondiera a mi saludo.

—Por la cocina. Pero ¿te irás?

—Tengo algunas cosas que arreglar. ¿Puedes decirle al señor Clarke que lo espero en la oficina del oficial Raphael en la comisaría a las tres? Necesita firmar los papeles para ser mi tutor.

Hablaba en voz baja mientras sostenía su antebrazo con suavidad.

—Claro, Olivia. ¿No desayunarás?

No tenía ninguna pizca de hambre. Comer era en lo último en lo que pensaba.

—No. Gracias, Nina.

Me despedí con un ligero toque en el hombro y me dirigí a la cocina.

No quería un funeral para la abuela. A ella nunca le gustó la idea de que personas que, en realidad no le importaban, fueran a llorarle a su inerte cuerpo. El abuelo había sido cremado, y ella también lo sería. La petición de los abuelos fue que, cuando el par muriera, sus cenizas serían esparcidas en el malecón de Lomb Ville, en el mismo lugar en el que se habían conocido. Las del abuelo ya habían sido esparcidas y haría lo mismo con las cenizas de la abuela en el momento que considerara correcto.

Arreglé todos los papeles para la cremación y agendé una cita al día siguiente para pasar por las cenizas.

Los habitantes de Lomb Ville me miraban con extrañeza gracias al conjunto de ropa que llevaba puesto. No era algo que alguien de luto llevaría. Los colores beige y blanco eran más bien, colores vivos.

Ya sabía que el rumor acerca de mi poco respeto hacia mi reciente pérdida iba a ser más grande de lo que pensaba. Pero todos lidiábamos con nuestro dolor de diferentes maneras. Tenía que luchar para seguir adelante, sola, sin familia. Tenía que tragarme ese dolor y desaparecerlo dentro de mí como si nada hubiera pasado. Vivir de los recuerdos, pero no dejar que me consumieran.

Di un pequeño paseo entre las calles poco pobladas del centro. Cuando veía personas que conocía, optaba por cambiar de camino y recurrir a los callejones. Lomb Ville se caracterizaba por una neblina abundante en las mañanas y noches gracias a la cercanía de la fría costa pesquera.

Después de caminar y recorrer calles que no conocía, ya estaban por dar las tres de la tarde. Tomé un autobús y me dirigí a la comisaría la cual quedaba a un par de kilómetros los cuales ya no quería caminar.

Los chicos de Clarke✔️ [GAMEOVER 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora