Capítulo 22

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Rebotaba una pequeña pelota contra la pared mientras pensaba en las amenazas de Evan. Lo creía capaz de cualquier cosa, aunque sabía que, en el fondo de su ser, temía lo que yo podía hacerle. Esa seguridad me mantenía tranquila. Habían pasado veinticuatro horas desde la discusión. Me sentía avergonzada frente a Walter, razón por la que no le había llamado. Pero era tiempo de enfrentar la realidad y dar una explicación si es que así lo deseaba.

Mi celular estaba muerto. La batería se había agotado como por arte de magia. Conecté el cargador y me dirigí al teléfono de casa que, para mi suerte, habían instalado un par de días antes. Cada quien tenía uno en su habitación, y uno en la sala de estar el cual siempre contestaba Nina. La privacidad en las llamadas con el teléfono de casa, era una regla estricta. Nadie se atrevía a escuchar la conversación del otro. Estaban por dar las dos de la mañana, hora en la que Walter permanecía despierto y todos en la casa Clarke, dormían. En pocas palabras, la hora perfecta.

Tomé el teléfono y marqué el número de Walter. A los tres tonos, respondió. Sonaba tranquilo y normal, como si nada hubiera pasado en su fiesta de cumpleaños.

—Estoy en casa de mis tías. A unas horas de Lomb Ville. Mamá quiso que las visitara.

—Me alegro que te encuentres bien. Con respecto a lo de la otra noche...

—No hay nada que explicar —interrumpió. Guardamos silencio algunos segundos—. ¿Hay alguien más en la llamada?

—No, ¿por qué?

—Se escucha una respiración.

El silencio reinó la llamada. En efecto, la respiración estaba allí. Era una respiración tranquila, pero obstruida por alguna tela. Recordé lo que Kenneth dijo y la estadía de los Wolff en Lomb Ville. 

Los chicos no habían logrado dar con ellos a pesar de sus exhaustivas búsquedas y el intento de Aaron por rastrear sus pasos. Estaba segura de que algo malo iba a suceder. Podía sentirlo. Colgué el teléfono y salí de la habitación a pasos apresurados.

—¡Despierten! ¡Despierten! —gritaba mientras tocaba habitación por habitación.

Una mujer vestida totalmente de negro, con el rostro cubierto por un pasamontañas, salió de la habitación de Nina. Quitaba el silenciador de su arma, todo estaba claro. Nina había sido asesinada.

Unos fuertes brazos me cargaron del vientre y me llevaron de nuevo a mi habitación, dejándome caer al suelo bruscamente. Me arrastré hacia la mesita de noche, pero el hombre me jaló del pie y se posicionó encima de mí. El forcejeo era sin cuidado. Quería poner las manos en mi cuello y apretar, acto que impedía a toda costa.

—¡Olivia! —escuché el grito de Jaden al otro lado de la pared. Era un grito de ayuda, desesperado.

Tomé el teléfono de casa, estirando la mano con rapidez. No dude un segundo en golpear al hombre en el costado de su cabeza. El impacto al parecer fue fuerte. Cayó a un lado y salí de la habitación en dirección a Jaden. Por las posiciones, Jaden era asfixiado por una cuerda. Tomé una corbata, colgada en el perchero e hice lo mismo. El hombre lo soltó y trató de librarse. Jaden lo tomó de las manos impidiendo que este siguiera forcejeando. Después de unos segundos, dejó de moverse.

El desastre se escuchaba en toda la casa. Cosas caerse, algunos disparos y maldiciones. Los Wolff nos habían atacado en el momento perfecto. Ignoramos la advertencia de Kenneth y estábamos pagando las consecuencias.

—Iré por Brook —avisó Jaden.

—¡No! Nos iremos de aquí.

—¡No puedo dejarla!

Los chicos de Clarke✔️ [GAMEOVER 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora